La erupción volcánica de Tonga tuvo efectos en el espacio exterior
La erupción del volcán en la isla Hunga Tonga-Hunga
Ha’apai que sucedió el pasado 15 de enero y que provocó olas de tsunami
destructivas en todo el mundo y la aparición de una nueva isla, también tuvo
efectos en el espacio. Así lo ha constatado la misión Ionosphere Connection
Explorer, o ICON, de la NASA y los satélites Swarm de la ESA (la Agencia
Espacial Europea).
“Los científicos descubrieron que en las horas
posteriores a la erupción se formaron vientos huracanados y corrientes
eléctricas inusuales en la ionosfera: la atmósfera superior electrificada de la
Tierra, en el borde del espacio”, señaló la Nasa. La erupción, agregó Brian
Harding, físico de la Universidad de California, Berkeley, “creó una de las
mayores perturbaciones en el espacio que hemos visto en la era moderna”.
Cuando el volcán entró en erupción lanzó una columna
gigante de gases, vapor de agua y polvo hacia el cielo y creó grandes
perturbaciones de presión en la atmósfera, lo que provocó fuertes vientos.
“A medida que los vientos se expandieron hacia
arriba en capas atmosféricas más delgadas, comenzaron a moverse más rápido. Al
llegar a la ionosfera y al borde del espacio, ICON registró velocidades del
viento de hasta 450 mph (millas por hora), lo que los convierte en los vientos
más fuertes por debajo de las 120 millas de altitud medidos por la misión desde
su lanzamiento”.
ICON se lanzó en 2019 para identificar cómo el clima
de la Tierra interactúa con el espacio. “Estos resultados son una mirada
emocionante a cómo los eventos en la Tierra pueden afectar el clima en el
espacio, además del clima espacial que afecta a la Tierra”, dijo Jim Spann,
líder de clima espacial de la División de Heliofísica de la NASA. Los
resultados de las observaciones se publicaron en la revista Geophysical
Research Letters.
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