El telescopio espacial James Webb captura imágenes de un agujero negro
Son apenas las primeras semanas del telescopio
espacial James Webb y ha pasado de todo: este aparato de la NASA capturó
algunas de las imágenes más importantes que se han obtenido del espacio hasta
ahora, recibió el impacto de al menos 19 pequeñas rocas espaciales, también
llamadas micrometeoritos, tomó impresionantes fotografías de Júpiter y ahora
sigue sorprendiendo a la comunidad científica y al mundo con imágenes de
“agujeros negros” rebeldes.
En lo que va del tiempo que lleva en funcionamiento,
el telescopio proporcionó una visión asombrosa del universo, lleno de gas que
se desplaza, galaxias lejanas y luz estelar deslumbrante.
Un agujero negro 'silencioso' creado sin una
explosión. Webb ha sido capaz de ver el agujero negro supermasivo desde
longitudes de onda nunca antes observadas, y que corresponden al hidrógeno
atómico, hidrógeno molecular o dos átomos de hidrógeno unidos, y iones de
hierro cargados eléctricamente en el gas que rodea el agujero negro. Así lo
graficó la Agencia Espacial Europea en una ilustración y una serie de
publicaciones en Twitter:
El agujero negro supermasivo que se encuentra en el
corazón de la galaxia superior que se ve en la imagen de Webb del Quinteto de
Stephan, una de las primeras cinco imágenes de Webb a todo color publicadas por
la NASA. Grupos compactos de galaxias como este pudieron haber sido más comunes
en el universo primitivo, cuando el material sobrecalentado que caía en ellos
podría haber alimentado agujeros negros muy energéticos. Cúmulos brillantes de
millones de estrellas jóvenes y regiones de brotes estelares donde nacen
estrellas frescas adornan la imagen. Amplias colas de gas, polvo y estrellas
son atraídas desde varias de las galaxias debido a las interacciones
gravitacionales. De manera más dramática, Webb captura enormes ondas de choque
cuando una de las galaxias, NGC 7318B, atraviesa el cúmulo.
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