Una cámara trampa en Machu Picchu revelan la presencia de un roedor considerado extinto
Durante casi un siglo, científicos e investigadores
creyeron que la rata chinchilla (Cuscomys oblativus), un roedor endémico del
Santuario Histórico Machu Picchu, estaba extinta.
No había sido vista desde que en el año 2012,
durante las excavaciones realizadas en la ciudadela inca de Machu Picchu, tras
la llegada de Hiram Bingham y científicos de la Universidad de Yale, se
encontraran restos óseos de esta especie dentro de una vasija de cerámica inca.
Fue descrita en 1916 por el científico George Eaton, pero como no se
encontraron individuos vivos, fue declarada extinta.
Sin embargo, en el año 2009, guardaparques del
Santuario Histórico Machu Picchu encontraron en el camino inca un ejemplar de
esta especie que estaba en mal estado, sin saber que se trataba de esta especie
endémica considerada extinta. La cuidaron hasta que se recuperó, pero antes de
liberarla, le tomaron fotos, imágenes que llegaron al científico José Ochoa.
«La rata existe y está en algún lugar, pensamos
cuando vimos las fotos. Así, nació este proyecto con cámaras trampa en Machu
Pichu, pues, junto con Sernanp [Servicio Nacional de Áreas Naturales
Protegidas] decidimos buscarla dentro del santuario» señala Ochoa, investigador
del Museo de Biodiversidad del Perú, quien lidera el proyecto iniciado.
En el año 2018 se instalaron 40 cámaras trampa en
diferentes lugares cercanos a la zona donde se encontró el ejemplar en 2009.
Las imágenes captadas por estos equipos demostraron no solo que la especie no
estaba extinta, sino que era más común de lo que se pensaba.
«Lo que sucede es que se trata de un animal nocturno
que tiene hábitos arborícolas, por tanto, no era fácil verla», cuenta Ochoa
sobre esta especie de la que se obtuvo 67 fotografías de cámaras trampa entre
abril de 2018 y abril de 2019.
Los resultados de esta primera etapa de la
investigación fueron publicadas en el documento científico Confirmación de la
presencia de la enigmática rata chinchilla arborícola de Machupicchu Cuscomys
oblativus (Abrocomidae).
«Se confirma la presencia de Cuscomys oblativus en
los bosques montanos del SHM [Santuario Histórico Machu Picchi]. Si bien parece
que la especie no es tan rara como se pensaba, su situación no deja de ser
critica debido a la vulnerabilidad de su hábitat», se indica en la publicación
científica.
El estudio también explica que se trata de «una
especie eminentemente de hábitos nocturnos con mayor actividad a partir de las
22 hasta las 04 horas» y que «los meses con mayores registros fueron mayo y
febrero con 20 y 12 registros respectivamente».
Aunque el proyecto de cámaras trampa se inició para
buscar esta especie, las fotos registraron la gran diversidad de especies que
habitan en el área protegida. En una siguiente etapa, Ochoa continuó el
registro de la fauna en los diversos ecosistemas de Machu Picchu.
«Lo que estamos haciendo es tratar de documentarte
la diversidad de mamíferos en todo el Santuario, ese es, digamos, el propósito
final de este estudio, pero no solamente en la extensión geográfica, sino
también en las variaciones altitudinales», cuenta el científico Ochoa.
El Santuario Histórico de Machu Picchu tiene varios
ecosistemas —explica Ochoa— en pocos kilómetros cambia radicalmente de
ambientes. «Es una cosa increíble, pues en un área protegida que no es muy
grande tenemosuna diversidad increíble. Por ejemplo, hay zonas en que pasas muy
rapidamente de un bosque húmedo a un bosque seco», señala el científico.
El estudio con cámaras trampa se inició en la zona
de bosques montanos de Wiñaywayna, entre
los 2000 y 3400 metros de altura, donde, además, se encuentra una zona
arqueológica inca del mismo nombre. Fue en este lugar donde los guardaparques
encontraron a la rata chinchilla en 2009.
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