Científicos proponen fertilizar el océano con hierro para reducir el dióxido de carbono
El dióxido de carbono constituye una de las causas
principales del calentamiento global. Y es que, las excesivas emisiones de este
gas incoloro, inodoro, compuesto por oxígeno y carbono, han sido desde años un
problema causado por la actividad humana, cuya magnitud se ha incrementado notablemente
en este último tiempo.
Esto ha hecho que científicos de todo el mundo
centren sus esfuerzos en el desarrollo de una solución que ayude a mitigar los
índices de dióxido de carbono presente en la atmosfera.
En ese sentido, se dio a conocer recientemente un
plan que contempla inundar los océanos del mundo con fitoplancton como una
medida para reducir el impacto de los efectos generados por el cambio
climático.
La iniciativa es considerada como una forma de
geoingeniería, en la cual el océano tiene la capacidad de disolver el dióxido
de carbono de forma natural tras absorber grandes cantidades de este elemento;
todo esto sin la intervención de productos químicos nocivos en el proceso.
De la misma manera en que las plantas terrestres
hacen uso del dióxido de carbono y la luz solar para producir oxígeno como
resultado de la fotosíntesis, así también el fitoplancton, el cual por cierto
es responsable del 50% del oxígeno presente en la atmosfera.
Partiendo de este hecho, algunos investigadores han
sugerido que se aumente la cantidad de fitoplancton en el océano, a fin de
potenciar el esfuerzo realizado por este organismo y extraer un mayor volumen
de dióxido de carbono de la atmosfera.
Tomando en cuenta que el fitoplancton se encuentra
en mayor cantidad en zonas ricas en hierro, se podría verter pequeñas
cantidades de este material en partes estratégicas del océano para favorecer la
producción de este organismo.
Respecto a los efectos que podría provocar el
vertido de hierro en los océanos del mundo, Ken Buesseler, radioquímico marino
del Instituto Oceanográfico de Woods Hole, junto a un equipo de científicos,
realizaron un estudio al respecto y descubrieron que la introducción de este
elemento en el océano podría alterar el flujo de carbono hacia las profundidades.
De esta manera, el hierro podría resultar un
elemento de gran ayuda para reducir la cantidad de dióxido de carbono, con un
estimado de hasta una gigatonelada al año.
Sin embargo, posterior a este estudio, realizado
hace 20 años, han sido pocos los esfuerzos que la comunidad científica ha hecho
por profundizar en el potencial de la fertilización oceánica con hierro. Al
respecto, Buesseler expresó lo siguiente:
Lo que ocurrió hace 20 años es que empezamos a ir de
un lado a otro, y esparcimos una forma química de hierro y buscamos el
fitoplancton y, efectivamente, se demostró muy claramente que, si se aumenta el
hierro, se puede crear una mayor captación de dióxido de carbono […] La
diferencia entre ahora y hace 20 años es que creo que la crisis climática es
mucho más evidente para el público.
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