El Hubble ve cómo la estrella Betelgeuse recupera su brillo
Betelgeuse es una de las estrellas más grandes
conocidas. Es tan grande que, si la pusiéramos donde está el Sol, Mercurio,
Venus, la Tierra y Marte quedarían dentro de ella, que llegaría hasta Júpiter.
Hace tres años, esta supergigante roja «literalmente explotó», según los
astrónomos. Lanzó al espacio una cantidad de materia equivalente a varias veces
el peso de la Luna, y el Hubble está viendo cómo se recupera de tal catástrofe.
En septiembre de 2019, el telescopio espacial de la
NASA y la ESA vio materia moviéndose a gran velocidad a través de la atmósfera
de la estrella. Varios observatorios terrestres detectaron meses después que
Betelgeuse brillaba menos, algo que intrigó a los astrofísicos hasta que dieron
con una explicación, también gracias al Hubble. Descubrieron que, al alejarse
millones de kilómetros de la estrella, el material eyectado se había enfriado y
formado una nube de polvo que bloqueaba la luz del astro desde la Tierra.
Nuestro sol expulsa habitualmente partes de su
atmósfera en lo que se conoce como eyecciones de masa coronal (CME por sus siglas
en inglés), erupciones de partículas cargadas eléctricamente que salen
disparadas hacia el espacio. Si el fenómeno apunta a la Tierra, la nube de
partículas puede provocar auroras boreales y también apagones, chispazos en
oleoductos y gaseoductos, interrupciones en las comunicaciones por radio y
telefonía e interferencias en las emisiones de televisión,. además de obligar a
los astronautas de la estación espacial a refugiarse en compartimentos
blindados. La eyección de masa superficial de Betelgeuse lanzó al espacio
400.000 millones de veces la masa de una CME típica, según la NASA. Algo que
nunca se había visto antes en una estrella.
Desde entonces, el astro, situado a 600 años luz en
el hombro derecho de Orión, se recupera poco a poco. «Betelgeuse sigue haciendo
cosas muy inusuales en este momento; el interior está como rebotando», dice
Andrea Dupree, directora asociada del Centro Harvard-Smithsoniano de
Astrofísica y coautora de un estudio que publica 'The Atrophysical Journal'.
Las últimas observaciones hechas por el Hubble y otros telescopios aportan
pistas sobre la forma en que estrellas como esta pierden masa al final de su
vida, antes de explotar como supernovas.
Sin embargo, según los investigadores, el
comportamiento «sorprendentemente petulante» de Betelgeuse no es una prueba de
que vaya a explotar pronto como una supernova. «Nunca antes hemos visto una
gran eyección de masa de la superficie de una estrella. Está ocurriendo algo
que no entendemos completamente. Es un fenómeno totalmente nuevo que podemos
observar directamente y resolver los detalles de la superficie con el Hubble.
Estamos observando la evolución estelar en tiempo real», dice Dupree.
Que la explosión ha alterado a la gigantesca
estrella, con un diámetro 1.400 veces el del Sol, lo demuestra que ha
desaparecido su periodo de expansión y brillo de 400 días, por lo menos de
momento. Los astrónomos han controlado ese ritmo de pulsación de Betelgeuse' desde
hace unos 200 años.
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