Encuentran una almeja que llevaba desaparecida 40.000 años
Los arqueólogos y los científicos trabajan mano a
mano para arrojar luz a nuestro pasado gracias al estudio de los fósiles que
vamos encontrando. En la mayoría de las ocasiones, los restos descubiertos
pertenecen a especies extintas hace miles de años. Otras veces, creemos que
estos animalitos ya no existían, hasta que los encontramos más vivos que nunca,
campando por nuestro planeta. Estas son las llamadas especies lázaro, y se les
da muy bien esconderse.
Ocultarse es la especialidad de aquellos animales
que viven en el fondo del mar, como en el caso de esta almeja misteriosa, la
Cymatioa cooki. Se habían encontrado restos de fósiles de este bivalvo,
fechados en más de 40.000 años, pero ningún espécimen vivo. Esto llevó a los
científicos a pensar que la almeja se había extinguido hacía milenios. Hasta
que el ecólogo marino Jeff Goddard encontró en una de sus expediciones a este
bivalvo blanco y translúcido, de aproximadamente 11 milímetros de largo.
El hallazgo ocurrió mientras Jeff buscaba babosas
marinas en unas pozas de marea de las costas de California. Al principio, ni
Goddard ni sus compañeros reconocieron la almeja que habían encontrado. Incluso
pensaban que no estaba viva, hasta que su caparazón se abrió y comenzó a
moverse. Creían que estaban ante una nueva especie jamás descubierta, pero se
trataba de la supuestamente extinta Cymatioa cooki.
Hasta ahora, solo se habían visto fósiles de esta
almeja, por eso los científicos tuvieron tantas dificultades en reconocerla. El
equipo de Goddard no salía de su asombro y se preguntaba cómo era posible que
estos bivalvos hubiesen estado eludiendo a la ciencia desde hacía tanto tiempo.
En un estudio publicado en la revista Zookey, se ha
expuesto que el ecosistema preferido de la Cymatioa cooki es el mar al sur de
Baja California, en sus áreas más remotas y oscuras. Esto, junto a su diminuto
tamaño, explicaría el por qué ha costado tanto tiempo vislumbrar un espécimen
vivo.
Goddard es todo un experto en la costa del Pacífico
de Baja California y es consciente de que la zona “cuenta con amplios campos de
rocas intermareales que se extienden literalmente por millas”. Además, tiene la
sospecha de que "allí abajo, la Cymatioa cooki probablemente vive en
estrecha asociación con animales que excavan debajo de esas rocas", lo que
hace todavía más interesante este misterio.
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