Prueban la existencia de la evolución paralela a través de fósiles de Bolivia y Rusia
Un estudio de dientes fósiles encontrados en diferentes ubicaciones geográficas ha permitido demostrar ejemplos de evolución paralela en unos vertebrados tempranos del período Pérmico.
Los
paleontólogos de la Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg (FAU) y
la Universidad de Calgary en Canadá muestran cómo los conodontos se adaptaron a
nuevos hábitats de formas casi idénticas a pesar de vivir en diferentes áreas
geográficas.
Uno
de los argumentos más convincentes que prueban la teoría de la evolución es que
es bastante fácil predecir cómo evolucionarán los animales y las plantas para
adaptarse a los cambios en sus hábitats. No faltan pruebas de que los
organismos con un antepasado común evolucionan de la misma manera, incluso si
están completamente aislados unos de otros.
Uno
de los ejemplos más destacados es el cíclido Midas en Nicaragua. Hace
aproximadamente 6.000 años, peces individuales colonizaron varios lagos de
cráteres. Curiosamente, desarrollaron morfologías idénticas en sus nuevos
hábitats. Un grupo se especializó en la captura de camarones pequeños y
desarrolló un cuerpo robusto con una boca plana. Otro grupo caza peces en aguas
más profundas y es considerablemente más ágil.
"Estas
subespecies se encuentran en cada uno de los lagos del cráter, aunque no existe
conexión alguna entre los hábitats", dice la doctora Emilia Jarochowska de
GeoZentrum Nordbayern en FAU. "Este es un ejemplo de evolución
paralela".
La
investigación de Emilia Jarochowska se centra en la evolución en diferentes
ecosistemas, pero en lugar de estudiar animales que todavía están vivos hoy, se
concentra en los conodontos, organismos que vivieron en el mar hace
aproximadamente 500 a 200 millones de años y fueron uno de los primeros
vertebrados. Los dientes en forma de cono de estos organismos similares a las
anguilas todavía se pueden encontrar como microfósiles en rocas sedimentarias
en todo el mundo. Los científicos estiman que había aproximadamente 3.000 especies
diferentes de conodontos.
"Los
científicos sospechan desde hace varios años que una determinada subespecie
conocida como Conodont Sweetognathus desarrolló varias adaptaciones evolutivas
paralelas", dice Emilia Jarochowska en un comunicado.
Los
investigadores de Erlangen se pusieron en contacto con paleontólogos de la
Universidad de Calgary para probar esta teoría. Los investigadores canadienses
habían recolectado dientes de Sweetognathus fosilizados en varios lugares del
mundo, incluidos Bolivia y Rusia.
Emilia
Jarochowska explica: "Como ahora tenemos un conocimiento tan bueno de la
tectónica sobre la historia de la Tierra, podemos descartar la posibilidad de
que los organismos de estas regiones estuvieran alguna vez en contacto entre
sí". Los fósiles que miden apenas dos o tres milímetros de longitud se
escanearon en GeoZentrum Nordbayern en un escáner con una resolución espacial
de cuatro micrómetros, que ofrece imágenes de mayor definición que una
tomografía computarizada en un hospital. Se hicieron modelos 3D precisos y
descripciones matemáticas de más de 40 muestras.
El
minucioso análisis de las morfologías en los elementos dentales confirmó lo que
los científicos habían sospechado durante años: Conodont Sweetognathus se
adaptó repetidamente en respuesta a diferentes fuentes de alimento después de
emigrar a nuevos hábitats de una manera casi idéntica a pesar de que estos
hábitats estaban aislados unos de otros.
La
comparación de muestras de una gran cantidad de fósiles durante varios años ha
permitido a los investigadores confirmar sin lugar a dudas que los dientes encontrados
en Bolivia y Rusia provienen de organismos con un ancestro común. "Pudimos
demostrar que dos linajes de Sweetognathus en dos partes diferentes del mundo
seguían el mismo patrón de desarrollo", explica Emilia Jarochowska.
"Eso es una prueba más de la teoría de la evolución y de la eficacia de la
colaboración internacional".
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