Usan el escáner del Hospital de Teruel para analizar un fósil de dinosaurio
Según una investigación de la Fundación Dinópolis, se ha podido inferir que estos primeros pudieron haber experimentado un aumento del volumen de su encéfalo de modo semejante al que se ha documentado en dinosaurios carnívoros.
Proa valdearinnoensis era un dinosaurio comedor de
plantas, un ornitópodo que sería primo lejano, pero menos antiguo, del famoso
Iguanodon. Sus fósiles solo se han encontrado hasta el momento en la antigua
mina de lignito de la localidad de Ariño. Allí paleontólogos de la Fundación
Dinopólis han encontrado varios individuos durante el último decenio, algunos
de ellos bastante completos.
Entre los fósiles de Proa recuperados hay que
destacar tres neurocráneos, cuyo estudio acaba de ser publicado en la revista
estadounidense Journal of Comparative Neurology. Utilizando un escáner del
Hospital Obispo Polanco de Teruel, un equipo internacional liderado por
investigadores de la Fundación Dinópolis y de la Fundación ARAID (Fabien Knoll,
Luis Alcalá, Eduardo Espílez, Luis Mampel) -con participación del Servicio de
Radiodiagnóstico de dicho hospital (Gloria Martínez), de la Universidad de
Birmingham, Reino Unido (Stephan Lautenschlager) y del Dinosaur Museum de
Fukui, Japón (Soichiro Kawabe)- ha podido reconstruir la cavidad neurocraneal
de este dinosaurio, es decir la cavidad en la que se encontraba el encéfalo de
este animal cuando vivía. Esta información ha permitido a los investigadores
inferir la forma y el tamaño de este órgano, que casi nunca fosiliza.
Los datos obtenidos se han comparado con los de
reptiles actuales y, mediante este método, se ha descubierto que el tamaño
relativo del encéfalo (es decir, teniendo en cuenta el tamaño del cuerpo del
animal) era mucho mayor en Proa que en los reptiles actuales. Ya se sabía que
el volumen del encéfalo aumentaba a lo largo de la evolución en los terópodos
(el linaje de los dinosaurios carnívoros al cual pertenecen las aves), pero
ahora se ha podido ratificar que ese incremento también se produjo en los ornitópodos.
Desafortunadamente, este grupo desapareció totalmente al final del Cretácico, a
la vez que el resto de los dinosaurios, excepto las aves, de manera que solo
podemos imaginar cuál habría sido la consecuencia de esta propensión a tener
cerebros voluminosos en el caso de haber continuado su existencia durante
algunos millones de años más. De esta investigación se desprende que podrían
haber alcanzado una inteligencia nada desdeñable.
Además de la labor del equipo de paleontólogos de la
Fundación Dinópolis, esta investigación ha sido posible gracias al apoyo de
SAMCA, y particularmente, de su presidente D. Ángel Luengo, que falleció el
mismo día en el que esta investigación se publicó en una revista científica.
Gracias al continuo apoyo del Sr. Luengo, el equipo de la Fundación Dinópolis
encontró 163 concentraciones de vertebrados en la Mina Santa María de Ariño y
recuperó más de 11.000 huesos de animales que vivieron hace unos 110 millones
de años.
La investigación también ha sido posible gracias a
los Departamentos de Educación, Cultura y Deporte, y de Ciencia, Universidad y
Sociedad del Conocimiento (Grupo de Investigación de Referencia E04_20R
FOCONTUR) del Gobierno de Aragón, IAF, Dinópolis y Ministerio de Ciencia e
Innovación (Proyecto GL2017-89123-P MCI-AEI y Unidad de Paleontología de
Dinosaurios de Teruel).
Referencia de la publicación:
Fabien Knoll, Stephan Lautenschlager, Soichiro
Kawabe, Gloria Martínez, Eduardo Espílez, Luis Mampel & Luis Alcalá.
Palaeoneurology of the Early Cretaceous iguanodont Proa valdearinnoensis and
its bearing on the parallel developments of cognitive abilities in theropod and
ornithopod dinosaurs. Journal of Comparative Neurology.
https://doi.org/10.1002/cne.25224
.-
Comentarios
Publicar un comentario