La extinción de insectos pone en riesgo la sostenibilidad del planeta
Están desapareciendo, pero a nadie parece importarle. Los insectos se están extinguiendo a un ritmo cada vez más elevado sin que organismos internacionales presten atención a este drama.
Así lo entiende la Asociación de Entomología
Española, que, con la bibliografía científica actual, estima que en los últimos
años se han perdido el 70% de las poblaciones voladoras de Europa. La tasa de
extinción de estos seres, los populares bichos, es hasta ocho veces superior
que la de los animales vertebrados y las consecuencias podrían desencadenar
problemas a múltiples niveles.
"Los insectos pasan desapercibidos y su
desaparición también, a pesar de que tiene una importancia tremenda", dice
José María Hernández, vicepresidente de la Asociación Española de Entomología,
que considera que la pérdida de individuos es ya un problema de "escala
global" por la funcionalidad biológica de estos seres. "No es que
vayan a desaparecer todos los insectos, porque son un grupo hiperdiverso, pero
sí constatamos ya una bajada en su riqueza y en su abundancia, lo que puede
derivar perfectamente en una catástrofe ambiental, por mucho que no se hable de
ello", expone.
Esa catástrofe tiene que ver con la utilidad de
muchos de estos seres, cuyas poblaciones no hacen otra cosa que menguar como
consecuencia de la crisis climática y de la presión del ser humano sobre los
ecosistemas. Los polinizadores son la cara visible de cómo un problema de
biodiversidad puede convertirse un problema económico y social global. Este
tipo de fauna –abejas, mariposas o algunos tipos de moscas, entre otros– son
esenciales para que los cultivos puedan tener un rendimiento adecuado y
producir el fruto plantado.
Según datos de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 75% de los cultivos
dependen de alguna u otra manera de estos animales para la polinización. En
términos productivos, el porcentaje es más bajo, y se estima que el 35% de los
alimentos cosechados dependen de los insectos polinizadores, lo que sigue
siendo un porcentaje preocupante en mitad de una coyunta de crisis climática donde
las temperaturas podrían condicionar aún más el declive de estos seres vivos.
Las poblaciones de mariposas y de abejorros, por ejemplo, ya han descendido un
25% desde 1991 en la mayor parte de los países europeos, según los datos de la
Agencia Europea de Medio Ambiente.
"Esto tiene unas consecuencias importantes a
nivel económico", indica Theo Oberhuber, portavoz de Ecologistas en
Acción. Un informe de dicha organización publicado recientemente estima que por
cada euro que produce un cultivo de manzana, 92 céntimos no serían posibles sin
polinización. En el caso de los arándanos, la cifra se sitúa en los 80
céntimos; 78 céntimos en el kiwi; y 50 en la fresa. Los insectos polinizadores
aportan 2.400 millones de euros de valor asociado agrícola en España. "A
corto plazo ya estamos viendo los efectos de los cambios del uso del suelo y
del uso desmesurado de pesticidas y biocidas", comenta el experto. "A
largo plazo las consecuencias podrían ser peores por el cambio climático, que
es un factor más que agravará la situación".
Pero el rendimiento agrario no es el único elemento
perjudicado por el descenso de las poblaciones de insectos. Hernández señala el
papel de algunas especies coprófagas o coleópteras, como los escarabajos, en la
limpieza del campo. "Estos animales son descomponedores, lo que quiere
decir que se alimentan de la materia fecal de los herbívoros. Son los
responsables, en buena medida, de que los prados donde pasta el ganado
extensivo esté limpio, sin ellos estarían saturados de excrementos y no serían
sostenibles para la ganadería", advierte el entomólogo.
https://www.publico.es/sociedad/extincion-insectos-pone-riesgo-sostenibilidad-agraria-planeta.html
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