¿Qué extinguió al mayor primate de la historia que medía 3 metros de altura?
El Gigantopithecus blacki fue el simio más grande del mundo, según los registros que se tienen hasta hoy. Esta bestia era básicamente un “pie grande”, podía llegar a medir hasta 3 metros y pesaba entre 200 y 300 kilos.
Los humanos no alcanzaron a encontrarse con él. De
hecho, este simio gigante fue una de las tantas víctimas de los procesos
naturales de la Tierra y no desapareció a causa de la acción humana, como sí lo
han hecho otras especies hoy.
Pero, ¿qué pasó entonces? Resulta que el Gigantopithecus
blacki fue víctima de los bosques. Un nuevo estudio publicado en la revista
Nature, determinó que el simio más grande del mundo pudo haberse extinguido por
no poder comer alimentos lo suficientemente nutritivos a causa de los cambios
en los bosques.
La escasa evidencia fósil del G. blacki fue
suficiente para determinar las características de este animal, pero no para
conocer las causas de su desaparición, dicen los expertos. Pero nuevos
esfuerzos descifraron el misterio.
Recordemos que esta especie gigante fue descubierta
hace unos 90 años, cuando el antropólogo Ralph von Koenigswald encontró sus
enormes dientes en Hong Kong. A partir de allí, investigadores han encontrado
algunas mandíbulas y unos 2.000 dientes más fosilizados en China, pero no
hallaron otras partes de su esqueleto, lo que dificultaba conocer un poco más
de él.
Para este nuevo estudio, los investigadores de la
Universidad Macquarie en Sydney, Australia, utilizaron 6 métodos de datación
aplicados a fósiles y sedimentos del G. blacki en el sur del país asiático.
Así, reconstruyeron su entorno en los años previos a
su extinción. Con ello, descubrieron que el primate “desapareció hace entre
295.000 y 215.000 años, un poco más tarde de lo estimado anteriormente (hace
420.000-330.000 años)”, dice Nature.
El estudio recogió que durante la etapa más activa
de este simio, había densos bosques con frondosos pastizales. Además, el
análisis de sus dientes fosilizados demostró que este ambiente le permitía al
G. blacki alimentarse de una amplia variedad de frutos nutritivos y beber mucha
agua.
Sin embargo, los análisis de sedimentos de polen
mostraron que hace unos 700.000 años, el ambiente comenzó a cambiar y los
bosques se hicieron más abiertos, menos densos y por ende, con menos alimento.
Los dientes fósiles de ese periodo, evidenciaron que
cuando los bosques cambiaron, la dieta de este simio comenzó a ser menos
nutritiva y más fibrosa. Asimismo, se han encontrado menos fósiles de esa
época, lo que indica que las poblaciones de G. blacki disminuían.
Los expertos compararon la desaparición de este
primate con el Pongo weidenreichi, un orangután pariente cercano que logró
vivir muchos años más antes de extinguirse. La diferencia está en su tamaño.
Como el orangután era más pequeño (aunque gigante
para los orangutanes de hoy en día) podía trepar los árboles y acceder a los
alimentos nutritivos que quedaron fuera del alcance del G. blacki.
Los análisis también arrojaron que, años previos a
su desaparición, el simio de 3 metros se hizo más grande, mientras que el P.
weidenreichi se adaptó y se hizo más pequeño y ágil.
Los registros fósiles que hay a la fecha respaldan
esta teoría, porque sugieren que hace unos 295.000 y 215.000 años, el G. blacki
ya no existía, mientras que el P. weidenreichi todavía vagaba por la Tierra.
Pero todavía queda por investigar, advierten los científicos.
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