Alemania pide a sus ciudadanos que se queden en casa: "Todo el país es un gran brote"
Toque de queda, restricciones sociales, cierre de negocios, mascarillas y vuelta a empezar. Alemania, el país europeo que más acceso ha tenido a las vacunas contra el coronavirus por los contratos adicionales que cerró al margen de los firmados por la Comisión Europea, afronta un tsunami de transmisiones y hospitalizaciones generado por los no vacunados sin precedentes.
La situación, con cerca de 53.000 contagios y
200 muertos diarios, es tan grave que el presidente del Instituto Robert Koch,
Lothar Wieler, ha dejado aparte la mera exposición de datos epidemiológicos para
pedir a la población que no salga de casa y evite espacios poco ventilados.
"Hemos llegado a un punto en
el que el sólo aumento de la vacunación no será suficiente para contener esta
cuarta ola", subrayó Wieler, que no oculta su decepción por la falta de
solidaridad que han mostrado los ciudadanos que han tenido durante meses todo a
su disposición para vacunarse y no lo han hecho, poniendo así en peligro al
conjunto de la sociedad. Ahora, afirma Wieler, ya no podemos hablar de
"brotes" porque todo el país es un "gran brote", un volcán
que ha puesto al conjunto del país en estado de emergencia.
Los partidos políticos parecen
haberlo entendido y estar dispuestos a adoptar decisiones sin pensar en el
rédito, un cambio de actitud que este viernes se visualizó en el Bundesrat,
donde se sientan los estados federados. Tras oponerse a la reforma de la Ley de
Infecciones aprobada la víspera en el Bundestag con la mayoría de los partidos
que negocian la formación de Gobierno, los ministros presidentes gobernados por
los conservadores de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y de la Unión
Socialcristiana bávara (CSU) decidieron votar a favor de la nueva ley / LEER NOTICIA COMPLETA
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