Encuentran en Dakota del Norte fragmentos del asteroide que mató a los dinosaurios

 

Se han descubierto restos en perfecto estado del asteroide que acabó con los dinosaurios, afirman científicos que estudian un yacimiento en Dakota del Norte que es una cápsula del tiempo de aquel calamitoso día, hace 66 millones de años.

Los científicos consideran que el objeto que impactó la península de Yucatán, en lo que actualmente es México, tenía unos 10 kilómetros de ancho, pero ha habido un debate para identificar qué era exactamente. ¿Fue un asteroide o un cometa? Si era un asteroide, ¿de qué tipo era: uno sólido y metálico o un montón de rocas y polvo unidos por la gravedad?

“Si logramos identificarlo, y estamos en vías de hacerlo, entonces podremos decir: ‘Increíble, sabemos lo que era’”, dijo el miércoles Robert DePalma, paleontólogo que encabeza la excavación del yacimiento, durante una charla en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt.

Un video de la charla y un debate posterior entre DePalma y destacados científicos de la NASA se publicará en línea en una o dos semanas, indicó un portavoz de Goddard. Muchos de estos descubrimientos se tratarán en “Dinosaurs: The Final Day”, un documental de la BBC narrado por David Attenborough, que se emitirá en el Reino Unido este mes. En Estados Unidos, “Nova”, un programa de la PBS, emitirá una versión del documental el próximo mes.

Un artículo de la revista The New Yorker de 2019 describió el yacimiento en el suroeste de Dakota del Norte, llamado Tanis, como un lugar prodigioso lleno de fósiles que quedaron enterrados tras el impacto ocurrido a unos 3000 kilómetros de distancia. Muchos paleontólogos se mostraron intrigados, pero no estaban seguros de la envergadura que tenían las afirmaciones de DePalma; un trabajo de investigación publicado ese año por DePalma y sus colaboradores describía sobre todo el entorno geológico del yacimiento, que en su día estuvo a orillas de un río.



El choque del objeto con la Tierra creó un cráter de unos 160 kilómetros de ancho y casi 30 de profundidad, y la roca fundida que saltó al aire se enfrió y formó esférulas de vidrio, una de las señales distintivas que dejan los impactos de meteoritos. En el artículo de 2019, DePalma y sus colegas describieron cómo las esférulas que llovían del cielo obstruyeron las branquias de los peces espátula y los esturiones, para finalmente asfixiarlos.

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