Los talibanes piden ayuda internacional tras sufrir Afganistán el peor terremoto de los últimos 20 años
Al menos 1.000 personas murieron y más de 1.500
resultaron heridas después de que un terremoto de magnitud 5,9 sacudiera una
región remota y montañosa del sureste de Afganistán cerca de la frontera con
Pakistán en la madrugada del miércoles.
El sismo se produjo a 45 kilómetros al suroeste de
la ciudad de Khost, una capital provincial en el sureste del país, dijo el
Servicio Geológico de Estados Unidos, y tuvo una profundidad de unos 10
kilómetros y se sintió en varias provincias.
Se trata del terremoto más letal en el país en dos
décadas. En 2002, entre 1.800 y 3.000 personas murieron, cerca de 4.000 resultan
heridas y una 20.000 se quedan sin hogar como resultado de un terremoto con una
magnitud de 6,3 que sacudió el norte del país.
Esta vez la mayoría de las muertes se produjeron en
la provincia de Paktika, en los distritos de Giyan, Nika, Barmal y Zirok, según
el Ministerio de Estado para la Gestión de Desastres.
Mohammad Amin Hozaifa, jefe del Departamento de
Información y Cultura de la provincia de Paktika, señaló a CNN que espera que
el número de víctimas aumente a medida que continúan las misiones de búsqueda y
esfuerzo.
En la misma línea, Mohammad Almas, jefe de ayuda y
apelaciones de Qamar, una organización benéfica en Afganistán activa en el
área, dijo que esperaba que el número de muertos fuera alto, ya que el área
está lejos de los hospitales y porque el terremoto ocurrió en la noche, cuando
la mayoría de las personas estaban durmiendo en el interior.
Hasta 17 miembros de la misma familia murieron en
una aldea cuando su casa se derrumbó, dijo; sólo un niño sobrevivió. Agregó que
más de 25 aldeas fueron destruidas casi por completo, incluidas escuelas,
mezquitas y viviendas.
En el distrito de Sperah de la provincia de Khost,
al noreste de la provincia de Paktika, el terremoto mató al menos a 40 personas
e hirió a otras 90, informó por teléfono Shabir Ahmad Osmani, director
provincial de Información y Cultura de Khost.
Rafiullah Rahel, jefe del Departamento de Salud de
la provincia de Paktika, dijo que 381 personas murieron y 205 resultaron
heridas en esa provincia. Las fotos muestran casas convertidas en escombros con
solo una o dos paredes en pie entre los escombros y las vigas del techo rotas.
No estaba claro de inmediato si las cifras
proporcionadas por los funcionarios provinciales eran estimaciones iniciales o
si se había registrado un gran número de víctimas en otros lugares.
Algunas de las áreas afectadas por el terremoto,
indicó el diario The New York Times, se encuentran en sectores remotos y
accidentados cerca de la frontera con Pakistán, que fueron escenario de
intensos combates antes y después de que los talibanes tomaran el control de
Afganistán, y las telecomunicaciones son deficientes o inexistentes, lo que
dificulta obtener un recuento completo de la situación.
Najibullah Sadid, un experto en gestión de recursos
hídricos afgano, dijo a CNN que el terremoto coincidió con fuertes lluvias
monzónicas en la región, lo que hizo que las casas tradicionales, muchas hechas
de barro y otros materiales naturales, fueran particularmente vulnerables a los
daños. “El momento del terremoto (en la) oscuridad de la noche... y la poca
profundidad de 10 kilómetros de su epicentro provocaron un mayor número de
víctimas”, agregó.
Un equipo de médicos y siete helicópteros fueron
enviados al área para transportar a los heridos a hospitales cercanos, dijo el
Ministerio de Defensa de Afganistán en un tuit el miércoles.
Esto ocurre cuando casi la mitad de la población del
país, 20 millones de personas, están pasando hambre aguda, según un informe
respaldado por las Naciones Unidas en mayo. Es una situación agravada por la
toma del poder por parte de los talibanes en agosto de 2021, lo que llevó a
Estados Unidos y sus aliados a congelar alrededor de US$ 7.000 millones de las
reservas extranjeras del país y cortar el financiamiento internacional.
La situación ha paralizado una economía que ya
depende en gran medida de la ayuda extranjera. Tras la caótica retirada de
Estados Unidos de Afganistán el año pasado, su economía ha entrado en caída
libre y el Banco Mundial pronosticó en abril que una “combinación de disminución
de los ingresos y aumento de los precios ha provocado un grave deterioro en el
nivel de vida de los hogares”.
Los talibanes realizaron una reunión de emergencia
el miércoles para organizar el transporte de los heridos y la ayuda material
para las víctimas y sus familias, dijo el portavoz talibán Zabiullah Mujahid.
El primer ministro Mohammad Hassan Akhund convocó a
la reunión en el Palacio Presidencial del país para instruir a todas las
agencias relevantes a enviar equipos de ayuda de emergencia al área afectada,
dijo Mujahid en un tuit.
El viceministro de Estado para la Gestión de
Desastres de Afganistán, Mawlawi Sharafuddin Muslim, señaló el miércoles que
“el Emirato Islámico pagará 100.000 afganis (US$ 1.113) a las familias de los
muertos en el terremoto y 50.000 (US$ 557) a las familias de los heridos”.
Según The Wall Street Journal, el terremoto
probablemente pondrá a prueba las capacidades administrativas del régimen
talibán con problemas de liquidez a medida que surja el alcance total del
desastre. El gobierno no es reconocido internacionalmente y la ayuda exterior
se distribuye directamente al público afgano, sin pasar por las autoridades.
De hecho, el gobierno también destacó la necesidad
de ayuda exterior. “La República Islámica de Afganistán pide el apoyo generoso
de todos los países, organizaciones internacionales, individuos y fundaciones
para proporcionar y entregar ayuda humanitaria urgente”, indicó un comunicado
de prensa dirigido a las misiones diplomáticas del país.
En un tuit del miércoles, la Organización Mundial de
la Salud (OMS) dijo que sus equipos estaban en el terreno para responder a
emergencias, incluida la provisión de medicamentos, servicios de trauma y la
realización de evaluaciones de necesidades.
António Guterres, secretario general de las Naciones
Unidas, aseguró que los equipos de ayuda de la ONU estaban sobre el terreno
evaluando las necesidades y brindando apoyo inicial a los afganos afectados.
“Contamos con la comunidad internacional para ayudar
a apoyar a los cientos de familias afectadas por este último desastre”, dijo en
un comunicado. “Ahora es el momento de la solidaridad”.
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