China llegará a Venus en 2027
La misión china, llamada Venus Volcano Imaging and
Climate Explorer (VOICE), se lanzaría en 2026 y llegaría a la órbita del astro
infernal en 2027. El objetivo principal sería estudiar la atmósfera y la
geología del planeta, intentando determinar el potencial para un ambiente
habitable y la presencia de vida en las nubes de Venus.
China continúa expandiendo su programa espacial:
ahora se conocieron más detalles de la posible misión hacia Venus del gigante
asiático, que tocaría este planeta en 2027. Según un artículo publicado en
Space.com, la nave espacial china utilizaría una órbita polar circular con una
altitud de 350 kilómetros, para explorar el planeta e investigar su evolución
geológica.
Venus Volcano Imaging and Climate Explorer (VOICE)
es una misión candidata dentro de un programa de ciencia espacial separado de
las principales misiones de exploración lunar y planetaria del país oriental,
que son dirigidas por la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), y
que incluyen por ejemplo a la misión en curso Tianwen 1, que llegó a Marte en
2021.
En cambio, el proyecto para llegar a Venus se está
evaluando como una más de las 13 misiones candidatas en el marco del tercer
Programa de Prioridad Estratégica (SPP) sobre ciencias planetarias y de la
Tierra, dirigido por la Academia de Ciencias de China.
En etapas previas, las misiones SPP ya han
concretado el lanzamiento de cuatro naves espaciales, incluyendo una sonda
especializada en buscar materia oscura y un satélite orientado a estudiar
fenómenos cuánticos. Dentro de estas misiones se encuentra el Solar Wind
Magnetosphere Ionosphere Link Explorer (SMILE), una colaboración con la Agencia
Espacial Europea (ESA) para explorar las interacciones entre el Sol y la
Tierra.
La misión VOICE compite con otras iniciativas, que
incluyen la recolección de muestras de asteroides tipo E para entregarlas a la
Tierra, distintos estudios sobre la propia atmósfera terrestre o esfuerzos en
el campo de la ciencia solar o la observación de exoplanetas.
Sin embargo, todo parece indicar que la misión hacia
Venus se encuentra muy bien posicionada para convertirse finalmente en
realidad: prevé incorporar instrumentos científicos de avanzada, como un radar
de apertura sintética especialmente diseñado para mirar a través de las nubes
de Venus y mapear su superficie, junto a un generador de imágenes multiespectrales
que podría observar al mismo tiempo al planeta infernal en las longitudes de
onda ultravioleta, visible e infrarroja cercana.
Todo este equipamiento estaría concentrado en
evaluar la evolución geológica de Venus, además de poner el foco sobre los
procesos térmicos y químicos que tienen lugar en la atmósfera del planeta y las
interacciones entre la superficie y la atmósfera. Los datos podrían arrojar luz
sobre el potencial para el desarrollo de entornos habitables y la presencia de
vida en las nubes de Venus, que se ha planteado en distintas investigaciones
previas pero aún no ha podido ser confirmado.
Venus posee una atmósfera extremadamente densa,
repleta de dióxido de carbono, que genera el denominado efecto invernadero, y
con nubes integradas por ácido sulfúrico. Los compuestos mencionados atrapan el
calor y producen las elevadas temperaturas que caracterizan a la superficie de Venus,
pero diferentes reacciones químicas podrían propiciar la presencia de alguna
forma de vida microbiana en los tramos superiores de la capa de nubes de Venus.
Si finalmente se concreta, la misión VOICE se
lanzaría en 2026 y llegaría a la órbita del planeta más caliente del Sistema
Solar en 2027, según los detalles establecidos en una reunión concretada el
pasado 9 de julio para discutir la misión. De esta manera, China se sumaría a
los esfuerzos de la NASA en Venus, que prevén dos nuevas misiones al planeta
infernal entre 2028 y 2030.
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