Confirman los dos primeros meteoritos interestelares jamás descubiertos
Los meteoritos IM1 e IM2 fueron identificados en
2014 y 2017, respectivamente, pero un nuevo estudio ha confirmado ahora su
procedencia interestelar. Tanto el primero como el segundo presentan valores
atípicos en la fuerza del material y pueden haberse originado en explosiones de
supernova, según los astrónomos.
Un nuevo estudio realizado por los investigadores
Amir Siraj y Abraham Loeb. de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ha
confirmado científicamente la procedencia interestelar de los meteoritos IM1 e
IM2. Aunque estos cuerpos fueron detectados hace varios años, recién ahora fue
posible verificar, luego de estudiar su composición y trayectorias, que se
originaron fuera del Sistema Solar.
Según la reciente investigación, publicada en ArXiv y
aprobada para su aparición en la revista científica Astrophysical Journal
Letters, IM1 fue detectado por sensores del gobierno de Estados Unidos el 8 de
enero de 2014, identificado como candidato a objeto interestelar en 2019 y
confirmado por fuentes oficiales en 2022. Ahora, el estudio científico ratifica
esta condición y agrega las características específicas del hallazgo.
De esta manera, IM1 se convierte en el primer
meteorito interestelar detectado por el ser humano, aventajando al objeto
interestelares Oumuamua, en 3 años y 8 meses, y al cometa interestelar
2I/Borisov, en 5 años y 6 meses. El meteorito tenía un diámetro estimado de
0,45 metros, una masa de 460 kilogramos y alcanzó una velocidad previa al
impacto de 60 kilómetros por segundo. La bola de fuego fue detectada debido a
la luz que emitía mientras se quemaba en la atmósfera de la Tierra, exactamente
frente a la costa de Papua Nueva Guinea.
De acuerdo a un artículo publicado en Sci News, una
de las características más importantes que marcan el origen interestelar de
ambos meteoritos es que la presión ambiental que lograron superar antes de su
desintegración muestra un nivel de resistencia del material que no coincide con
lo observado en otros cuerpos: es más de 20 veces mayor que la apreciada en los
meteoritos rocosos y 2 veces más grande que la evidenciada por los meteoritos
de hierro, o sea las variedades habituales en el Sistema Solar.
Con relación a IM2, que ahora se convierte en el
segundo objeto interestelar detectado, fue identificado el 9 de marzo de 2017,
a una altitud de 23 kilómetros sobre el Océano Atlántico, cerca de Portugal.
Tenía aproximadamente un metro de tamaño, era 10 veces más masivo que IM1 y se
estrelló contra la Tierra a una velocidad de 40 kilómetros por segundo. Relega
a Oumuamua al tercer lugar entre los objetos interestelares detectados, ya que
fue descubierto 7 meses antes.
En tanto, los especialistas resaltaron que dentro de
los cuerpos identificados por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la
Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés) de la NASA, IM1 e IM2 ocupan el puesto
1 y 3, respectivamente, en términos de resistencia del material dentro de las
273 bolas de fuego incluidas en el catálogo.
Según Siraj y Loeb, esto implica que los meteoritos
interestelares provenían de una población con una fuerza material
característicamente más alta que los cuerpos que se originan dentro del Sistema
Solar. Además, IM1 e IM2 están compuestos por una extraña combinación de
elementos refractarios y metales.
Al parecer, estos materiales refractarios son
escasos en los ambientes gaseosos que caracterizan al medio interestelar, lo
que estaría indicando que podrían acumularse en esta clase de meteoritos u
objetos. Por último, los científicos destacaron que se ha observado que las
explosiones de supernovas despiden objetos ricos en hierro, por lo que podrían
ser un posible origen de IM1 e IM2.
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