La sequía extrema seca el primer embalse de España
El embalse de Sierra Boyera, en la provincia de Córdoba, es el primer embalse de abastecimiento de toda la Península que se ha agotado. No se había secado un pantano cordobés en los últimos 40 años, ni siquiera durante la fuerte sequía sufrida en el año 1995.
Este embalse abastecía a 27 municipios y 16 aldeas,
por lo que las 72.000 personas del Valle de los Pedroches y el Alto Guadiato,
en el norte de la provincia, no tendrán agua potable desde el próximo lunes 27
de abril.
0,10%. Ese es el alarmante porcentaje de agua
embalsada que tiene este jueves Sierra Boyera. Oficialmente, la CHG (Confederación
Hidrográfica del Guadalquivir) certificó que este pantano se había secado el
pasado 8 de abril. De los 39 hectómetros cúbicos que tiene de capacidad, ya no
llega ni a uno. Exactamente solo hay 0,039. Demasiados decimales.
El de Sierra Boyera no es un embalse grande. El
pantano con más capacidad de toda la cuenca del Guadalquivir es el de Iznájar,
también en la provincia de Córdoba. Este tiene 920 hectómetros cúbicos de
capacidad, pero a día de hoy solo almacena 178, por lo que está al 19% de su
capacidad. Es decir, muy poco.
Preocupa también que el 19% es el mismo porcentaje
del volumen embalsado en toda la provincia cordobesa, que cada día que no
llueve baja más y más.
Las imágenes de dron sobre Sierra Boyera, ofrecidas
por la empresa de aguas provincial de Córdoba (Emproacsa), hablan por sí solas.
Hay que remontarse al verano de 1995 para recordar una sequía tan extrema. Hubo
entonces fuertes restricciones y cortes de agua para los vecinos, pero no llegó
a secarse ningún pantano. Casi, pero no. Ha sido la primavera de este 2023 la
que ha superado la marca anterior.
Como dice el refrán: 'De aquellos barros, estos
lodos'. El de Sierra Boyera se estaba nutriendo del trasvase del pantano de La
Colada, que, aunque también está en Córdoba, pertenece a la cuenca del
Guadiana. Así lo explica Esteban Morales, que es el presidente de la Empresa Provincial
de Aguas de Córdoba.
"Si realizamos una retrospectiva de cómo ha ido
evolucionando la situación, partiremos diciendo que hace unos 10 meses, a
través de una reunión técnica de las tres instituciones implicadas -Diputación,
Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y Junta de Andalucía- se estableció
que, ante la escasez de agua que ya presentaba el embalse de Sierra Boyera,
debía de ponerse en marcha un plan que, atendiendo a criterios técnicos,
establecía que la solución más rápida era la de hacer un enlace o concluir la
obra que unía La Colada y Sierra Boyera. Solución provisional que se hizo efectiva
en el mes de marzo", ha explicado Esteban Morales.
Pero se ha detectado que el agua trasvasada no es
potable y la Junta de Andalucía ha prohibido su uso para consumo humano por las
altas cantidades de carbono. Ahora se tiene que potabilizar con ozono.
Al respecto, Morales informó que "ante los
primeros indicios de que había un indicador, el carbono orgánico total (COT),
que superaba los límites establecidos por el Decreto de Calidad del Agua,
realizamos, junto con la administración autonómica, controles diarios de
determinados requerimientos específicos, atentos a cualquier parámetro que fuese
perjudicial para la salud".
El presidente de Emproacsa detalló que "hemos
pasado de unos indicadores de 30 a 9, por lo que, en dos semanas, el
tratamiento técnico ha ofrecido resultados favorables. No obstante, no hemos
llegado a 7 y eso ha hecho que la Junta decretase no apta para consumo humano
el agua de La Colada".
El presidente de Aguas de Córdoba fue el encargado
de comunicar la solución de urgencia: "Desde Emproacsa vamos a dar agua a
72.000 habitantes de 27 municipios y 14 aldeas, habiéndose establecido que, ya
desde el miércoles y con 16 camiones y varios remolques, podamos llegar a todos
ellos con agua potable para el consumo humano y para los usos de cocina". El
agua del grifo no se puede beber, tampoco pueden preparar la comida con ella:
solo les sirve para la limpieza y aseo personal.
Los vecinos ya llenan sus garrafas de 10:00 a 13:30
horas, de 14:00 a 16:00 horas y de 16:30 horas a 19:30 horas, según la
localidad. En principio, 5 litros por persona y día. Un agua potable que se
está llevando diariamente desde los municipios de Montoro y Villaharta.
Asimismo, Emproacsa ha anunciado que también se suministrará agua potable a las pequeñas industrias, empresas y establecimientos de restauración que tengan una demanda superior a los 150 litros diarios. Una medida para que no se resienta más la economía de la zona.
El fin de esta complicada situación para todas estas
poblaciones no llegará en cuestión de días. Es por eso que Esteban Morales ha
hecho una estimación de cuánto podría prolongarse este suministro transitorio:
"Esperamos que antes de los meses de verano tengamos unos resultados
óptimos. Mientras tanto, asumimos nuestra obligación de llevar agua al norte de
la provincia y de cumplir con la normativa que se nos exige como operadores
públicos del agua". Por desgracia, para el fin de la sequía todavía no hay
fecha.
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