Un jefe del Pentágono niega estar en posesión de OVNIs y aliens
El jefe de la oficina de ‘fenómenos anómalos no
identificados’ (FANI) del Pentágono niega las afirmaciones del ex oficial David
Grusch sobre la supuesta existencia de tecnología no humana oculta por el
gobierno estadounidense. En un comunicado, el alto cargo del Departamento de
Defensa de EEUU considera “insultantes” las declaraciones realizadas por los
testigos y los acusa de no cooperar con la investigación oficial del gobierno.
"No puedo dejar pasar la audiencia de ayer sin
compartir lo insultante que fue para los oficiales del Departamento de Defensa
y la Comunidad de Inteligencia que optaron por unirse a AARO”, declaró Sean
Kirkpatrick en el comunicado. AARO, la “Oficina de Resolución de Anomalías en
Todos los Dominios” del Pentágono, fue creada en julio de 2022 con el objetivo
de investigar y analizar los FANI y otros fenómenos aéreos, marítimos o
terrestres. Kirkpatrick, físico especializado en láser y materiales, es su
actual director. El físico opina que los testimonios han generado
"ansiedades razonables" en su equipo con respecto a los riesgos que
esto implicaría para su carrera. El comunicado se publicó en su página de Linkedin
y el Departamento de Defensa confirmó el viernes que lo había enviado a título
personal.
“Ellos [el
equipo] son buscadores de la verdad, igual que yo. Pero sin duda ustedes no
dieron esa impresión en la audiencia”, escribió Kirkpatrick. El físico recuerda
en su carta que “AARO aún no ha encontrado ninguna prueba creíble que apoye las
alegaciones de un programa de ingeniería inversa de tecnología no humana” y que
la fuente central de esas alegaciones se ha negado a hablar con AARO, en
referencia a David Grusch.
Las denuncias
de "represalias, que incluyen agresiones físicas e insinuaciones de
asesinato, son extraordinariamente graves”, resaltó Kirkpatrick. Precisamente,
por esta razón, opina el experto, “las fuerzas del orden son un miembro
fundamental del equipo AARO, específicamente para abordar y tomar medidas
rápidas en caso de que alguien se presente con tales reclamaciones". En
una declaración separada, la portavoz del Pentágono Sue Gough negó otras
acusaciones hechas por Grusch ante un subcomité de Supervisión de la Cámara de
Representantes. “El Pentágono no tiene información de que ningún individuo haya
sido dañado o asesinado como resultado de proporcionar información" sobre
objetos OVNI, dijo.
El oficial retirado de la Fuerza Aérea David Grusch
testificó el miércoles pasado en el Congreso de EEUU acerca de sus afirmaciones
sobre la existencia de un programa secreto de "varias décadas" para
recoger y realizar ingeniería inversa de FANI. El denunciante aseguró que el
gobierno posee “vehículos completos intactos y parcialmente intactos de origen
no humano” desde hace varios años y que las autoridades estadounidenses
recuperaron una aeronave con “restos biológicos no humanos”. En la audiencia,
Grush también aseguró que él y otras personas han sufrido "duras"
represalias personales y profesionales. Otro de los testigos, Ryan Graves,
expiloto de la Armada, sostuvo en su declaración que “el cielo está lleno de
UAP, cuya existencia no se denuncia lo suficiente”. “Los avistamientos no son
raros, ni aislados. Son la rutina. El estigma de los FANI es real, y plantea un
desafío poderoso a la seguridad nacional”, afirmó.
Kirkpatrick y el astrofísico de Harvard Avi Loeb han
trabajado conjuntamente para publicar un estudio que abre la puerta a la
posible presencia de naves nodriza alienígenas en el sistema solar, capaces de
lanzar sondas a la Tierra y otros planetas. Loeb es el director del Proyecto
Galileo, una iniciativa internacional de investigación para la búsqueda de
inteligencia y tecnología extraterrestre. El investigador está analizando
actualmente los restos del IM1, un objeto interestelar de un metro de diámetro
hundido en el océano Pacífico que podría ser una reliquia tecnológica de otra
civilización.
En su diario de expedición, publicado semanalmente
en Novaceno, el astrofísico narra el descubrimiento de unas diminutas esférulas
hechas de una aleación anómala que no ha sido fabricada industrialmente por el
ser humano ni se encuentra en ningún asteroide previamente estudiado. A día de
hoy, el número de esférulas encontradas alcanza ya las 717 y las pruebas de
laboratorio que se están realizando en este momento determinarán su composición
y origen exactos. “Que el meteorito impacte contra la Tierra una vez por década
implica que hay un millón de objetos de este tipo ahora mismo dentro de la
órbita de la Tierra alrededor del Sol. Sin embargo, en la última década sólo
hemos observado uno de ellos, el IM1", explica el científico. Por esta
razón emprendió su expedición oceánica, “para recuperar materiales del IM1 e
inferir su naturaleza”.
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