Hallan una nueva variedad de foca aislada 100.000 años en un fiordo de Groenlandia

 

Un nuevo tipo de foca anillada ha sido descrita para la ciencia en el remoto fiordo helado de Ilulissat, declarado recientemente Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el oeste de Groenlandia.

Las focas del fiordo helado tienen un aspecto diferente de otras focas anilladas: son mucho más grandes y tienen una coloración y un patrón de pelaje muy distintivos. Los cazadores locales conocen esta peculiaridad desde hace generaciones y dan un nombre especial a las focas de esta región: las llaman Kangiat (las de Kangia).

En este estudio, un equipo internacional de científicos -dirigido por investigadores del Instituto de Recursos Naturales de Groenlandia y la Universidad de Copenhague- ha adoptado un enfoque multidisciplinario, combinando secuenciación del genoma de última generación, "etiquetado" con telemetría, y estudios aéreos para investigar la singularidad genética, ecológica y de comportamiento de la foca anillada de Kangia.

Los datos de telemetría y reconocimiento aéreo muestran que las focas anilladas de Kangia sólo suman unos pocos miles de animales y que permanecen dentro del fiordo helado, concentradas en altas densidades. Estas observaciones contrastan con las de las focas anilladas del Ártico, que suelen tener una población más grande y más móvil, y normalmente se dispersan miles de kilómetros a través del Ártico en migraciones estacionales en busca de alimento.

"Nuestros datos genómicos demuestran que la foca Kangia ha estado aislada de otras focas anilladas durante más de 100.000 años y que han desarrollado genes específicos que probablemente codifican su coloración de pelaje, tamaño corporal y adaptaciones únicos a su hábitat especial", explicó la Universidad de Copenhague en un comunicado.

Curiosamente, aún no está claro cómo y dónde las focas anilladas de Kangia se aislaron y obtuvieron características biológicas únicas. Además, aunque el estudio se centra en el fiordo de hielo, hay muchos fiordos en el Ártico que potencialmente podrían albergar otros tipos especiales de focas anilladas, por lo que el estudio quizás sólo esté revelando la punta del iceberg.

La documentación de un ecotipo único de foca anillada destaca que todavía queda mucho que aprender sobre la diversidad de los organismos del Ártico y cómo se adaptan a los climas cambiantes y las actividades antropogénicas.

Este conocimiento no sólo es vital para informar los esfuerzos de conservación y gestión del Ártico para proteger poblaciones y recursos naturales biológicamente únicos, sino que también tiene implicaciones más amplias para comprender los sistemas naturales y la diversidad marina no descritos científicamente en todo el mundo.

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