Descubren en España las huellas fósiles de una 'cucaracha' de un metro que vivió hace 5 millones de años
Un equipo de investigación ha analizado huellas fósiles encontradas en el yacimiento de la Sierra de las Cabras, en Jumilla, localidad de la Región de Murcia. Identifican el rastro como huellas de un artrópodo que vivió hace más de 5 millones de años. No han podido relacionar el fósil con ninguna especie conocida con anterioridad, por lo que la han nombrado como una nueva y, puesto que son muchas las dudas que quedan por resolver acerca de este animal, la han bautizado como Aenigmatipocus jumillensis. A juzgar por las huellas fósiles, los expertos se inclinan a pensar que pudo tratarse de algún tipo de cucaracha. Lo más llamativo del hallazgo es el tamaño que debió tener el insecto prehistórico, pues hablamos de una cucaracha de un metro de largo.
Hay personas que sienten la necesidad de mudarse
cuando ven correr una cucaracha por la pared de su casa. Puede ser el insecto
con la mayoría más abrumadora para despertar más asco y repelús entre los
humanos. Por suerte, la cucaracha más grande del mundo hoy día solo mide unos
10 centímetros de media (sí, soy consciente de que ese “solo” se podría
borrar). Se trata de Megaloblatta longipennis, que junto a Blaberus giganteus
son las dos especies de cucarachas más grandes de nuestro tiempo, ambas viven
por el centro y el sur del continente americano. Sin embargo, ahora sabemos que
en la actual España vivió una cucaracha diez veces más grande durante el
Mioceno superior.
Así nos lo han hecho saber investigadores de Murcia,
Huelva, Madrid y La Rioja, autores de un estudio cuyos resultados fueron
publicados en la revista “Journal of Iberian Geology”. Eduardo Mayoral, de la
Universidad de Huelva, ha encabezado el artículo científico donde “se describe
un nuevo rastro fósil del Mioceno lacustre superior en la Zona Prebética de la
Península Ibérica, en la localidad de Jumilla (Región de Murcia) denominado
Aenigmatipodus jumillensis. Este rastro consta de un patrón formado por
conjuntos de tres huellas o tríadas, subparalelas entre sí, dispuestas en
grupos alternos. Cada vía presenta una depresión formada por un cuerpo central
tres veces más largo que ancho, de paredes rectas o ligeramente curvadas, con
dos cuerpos más cortos colocados en los extremos, siendo uno de los extremos
más corto y pronunciado que el opuesto, que es más largo y estirado”.
Tras analizar todas las posibilidades biomecánicas
compatibles con un diseño anatómico que pudiera dejar la impresión de estas
huellas, concluyen que estamos ante el rastro fósil que dejaron las patas de un
artrópodo. El grupo de los artrópodos supone uno de los más grandes del reino
animal con más de un millón de especies identificadas hasta la fecha que
incluyen insectos, arácnidos, crustáceos y miriápodos. Los investigadores no
pueden asegurar si la nueva especie descrita era un hexápodo (tenía seis
patas), octópodo (ocho patas) o decápodo (diez patas).
La teoría que manejan es que pudo tener seis patas y
tres de ellas dejaron las huellas para la posteridad, pues “los apoyos son
únicamente de las extremidades de un lado del organismo (izquierdo o derecho),
siendo el desplazamiento por traslación [...] Tuvo que ser arrastrado
lateralmente por una corriente en un ambiente de lago o humedal de muy poca
profundidad”. De confirmarse esta teoría, podría tratarse de un blatodeo, un
orden de insecto que incluye a las cucarachas y las termitas.
El hallazgo tuvo lugar en la Sierra de las Cabras,
un yacimiento que destaca por la variedad de huellas fósiles que se encuentran
con una cronología perteneciente al Mioceno Superior, hace entre 10 y 5
millones de años. Eduardo Mayoral y el resto del equipo de investigadores suman
una descripción y estudio más al yacimiento, en este caso un invertebrado
gigante desconocido hasta ahora. En el mismo enclave se han descubierto huellas
fósiles de ocho vertebrados, siete mamíferos y un ave. Al comparar las huellas
entre sí, sabemos que hace más de 5 millones de años hubo cucarachas más
grandes que algunos de los mamíferos que convivieron con ella.
Son muchos los misterios y curiosidades que quedan
por descubrir acerca de esta nueva especie, siempre susceptibles de ser
resueltos por el hallazgo de más fósiles que completen la poca información que
han podido extraer los investigadores por el momento. Hasta ahora no se ha
encontrado ningún fósil comparable con Aenigmatipodus jumillensis, ni (por
suerte) tampoco ningún equivalente actual. Así que seguiremos atentos por si se
descubren nuevos rastros de esta enigmática cucaracha gigante.
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