Descubren restos de un grupo de cazadores de caballos de hace 45.000 años con armas propias de humanos modernos
Un equipo de investigadores chinos, australianos, franceses, españoles y alemanes ha descubierto una cultura material muy avanzada en Asia oriental de hace más de 45.000 años. El descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista Nature Ecology&Evolution, es más importante de lo que podría parecer porque adelanta la migración de los primeros humanos modernos al norte de China y aporta información clave para entender el complejo proceso de expansión del Homo sapiens en el continente asiático.
La investigación del Instituto de Paleontología y
Paleoantropología de Vertebrados (IVPP, en sus siglas en inglés) de la Academia
china de Ciencias en el yacimiento de Shiyu (Shanxi), al norte de China, ha
contado con la participación del Institut Catalá de Paleoecología Humana i
Evolució Social (IPHES-CERCA). Se trata de un yacimiento al aire libre con
cerca de 30 metros de depósito sedimentario en el lecho de un río y fue
descubierto y excavado hace seis décadas.
En los primeros trabajos de excavación, los
arqueólogos identificaron evidencias de ocupación humana en las capas más
profundas, recuperando más de 15.000 herramientas de piedra, miles de restos de
animales y un fragmento de cráneo de homínido, adscrito a la especie Homo
sapiens. Años más tarde, parte de este conjunto arqueológico se trasladó a
Pekín, pero el resto de material que se quedó en dependencias locales se
perdió.
De hace 45.000
años
El equipo de investigación actual ha revisado todo
el conjunto arqueológico conservado y ha muestreado sistemáticamente el
yacimiento para datarlo a través de técnicas radiométricas modernas y poder
precisar su cronología. Los científicos han datado por radiocarbono tres
muestras de hueso de animal procedentes de los trabajos de 1963 y con claras
marcas antrópicas en su superficie y los resultados han sido sorprendentes: la
principal capa tiene una edad comprendida entre los 45.800 y los 43.200 años.
Pero eso no es todo. La revisión del material
arqueológico pone encima de la mesa datos muy relevantes del tipo de cultura
material que disponían estos primeros pobladores. "Se trata de un conjunto
de Paleolítico superior inicial, que incluye tecnología laminar, pero también
puntas Levallois, puntas de proyectil con evidencias de mango y fracturas por
impacto, herramientas fabricadas con obsidiana procedente de cientos de
kilómetros de distancia, puntas de proyectil hechas con hueso animal, así como
un pequeño disco de grafito perforado", explica la doctora Shixia
Yang".
El uso de la obsidiana por parte de estos primeros
pobladores indica, según la investigadora, que "estos primeros humanos
modernos tenían una alta capacidad estratégica para suministrarse de recursos a
cientos de kilómetros de distancia y, por tanto, una alta movilidad".
Cazadores de
caballos
Los resultados del análisis tafonómico de los restos
animales combinados con el análisis de trazas de uso de las herramientas
líticas también demuestran que los habitantes de Shiyu eran cazadores de
caballos. Las puntas de proyectil enmangadas les conferían la capacidad de
cazar y procesar selectivamente los ejemplares adultos.
Lo que hace diferente a este hallazgo es la
combinación de algunas innovaciones tecnológicas tradicionalmente atribuidas a
los humanos modernos y al Paleolítico superior, con otras asociadas a los
neandertales, e incluso a culturas anteriores.
El yacimiento de Shiyu refleja un proceso de
criollización o hibridación cultural, a través del contacto entre sociedades y
pueblos reubicados, por el que rasgos heredados se mezclan con nuevas
innovaciones. Esta visión desafía una vez más la explicación unilineal de la
expansión global del Homo sapiens, proponiendo un escenario demográfico y
evolutivo más complejo.
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