La galaxia Nube desafía el modelo de materia oscura y muestra modelos cuánticos a nivel universal
Nube es una galaxia enana casi invisible descubierta por un equipo internacional de investigación liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en colaboración con la Universidad de La Laguna (ULL) y otras entidades. El estudio se publica en la revista Astronomy & Astrophysics.
El nombre fue puesto por la hija de 5 años de uno de
los investigadores del grupo y debe su nombre a la forma difusa que presenta el
objeto. Su brillo es tan débil que ha pasado desapercibida en los distintos
cartografiados previos de esa parte del cielo, como si de un fantasma se
tratase. Esto se debe a que las estrellas que la componen se encuentran muy
repartidas en un gran volumen, lo cual volvía a Nube casi imperceptible.
Las estrellas que componen la galaxia Nube se
encuentran muy repartidas en un gran volumen, lo que la volvía casi
imperceptible: como si de un fantasma se tratase
Esta nueva galaxia tiene una serie de peculiaridades
que la hace distinta a otros objetos conocidos con anterioridad. El equipo
científico estima que Nube es una galaxia enana 10 veces más débil en brillo
que las otras de su tipo, pero a su vez es 3 veces más extendida que otros
objetos con igual número de estrellas.
De forma más ilustrativa, se habla de un objeto que
mide un tercio de la Vía Láctea, pero con una masa similar a la pequeña Nube de
Magallanes.
“Con nuestro conocimiento actual, no sabemos cómo es
posible que una galaxia con esas características tan extremas pueda existir”,
explica Mireia Montes, autora principal del artículo e investigadora en el IAC
y en la ULL.
Desde hace años, Ignacio Trujillo, segundo autor del
artículo, ha estado analizando junto a un equipo los cartografiados obtenidos
por el SDSS (Sloan Digital Sky Survey) sobre una franja específica del cielo
bajo el marco del proyecto Legado del IAC Stripe 82. En una de las revisiones,
notificaron una débil mancha que consiguió llamar lo suficiente la atención
como para ponerse en marcha.
El siguiente paso fue utilizar las imágenes
multicolor ultraprofundas del Gran Telescopio de Canarias (GTC) para confirmar
que esa mancha que aparecía en el cartografiado no era algún tipo de error,
sino que se trataba de un objeto extremadamente difuso.
Debido a su bajo brillo, es difícil determinar la
distancia exacta a la que se encuentra Nube. Los autores del artículo
estipularon mediante una observación obtenida con el Telescopio de Green Bank
(GBT, en EE UU) que la galaxia podría estar a unos 300 millones de años luz,
aunque próximas observaciones con el Telescopio Very Large Array (VLA) y el
Telescopio William Herschel tratarán de confirmar si esta distancia es
correcta.
Por norma general, las galaxias tienen una densidad
de estrellas mucho mayor en las partes internas, y esta se reduce de forma muy
rápida conforme se aleja del centro. Sin embargo, Montes señala que en Nube “la
densidad de estrellas apenas varía en todo el cuerpo, por eso es tan débil y no
la hemos podido observar hasta tener las imágenes ultraprofundas del GTC”.
Nube confunde al personal astrónomo. A priori,
destaca el equipo, no hay ninguna interacción o indicación que explique sus
extrañas propiedades. Las simulaciones cosmológicas son incapaces de reproducir
sus “características extremas” aún planteando distintos escenarios.
“Nos hemos quedado sin opciones dentro del modelo
cosmológico aceptado ahora, que es el de la materia oscura fría”, destaca la
autora.
El modelo de materia oscura fría reproduce
estructuras a gran escala, pero hay escenarios a pequeña escala, como es el
caso de Nube, para los que es incapaz de dar respuesta.
El modelo de materia oscura fría reproduce
estructuras a gran escala, pero hay escenarios a pequeña escala, como es el
caso de Nube, para los que es incapaz de dar respuesta.
Se ha comprobado cómo los distintos modelos teóricos
no pueden reproducirlo por lo que es uno de los casos más extremos que se
conocen hasta el día de hoy.
“Es posible que con esta galaxia, y similares que
podamos encontrar, obtengamos pistas adicionales que nos abran una nueva
ventana para entender el universo”, comenta Montes.
“Una
posibilidad muy sugerente es que las propiedades inusuales de Nube nos indiquen
que las partículas que forman la materia oscura tengan una masa ridículamente
pequeña”, indica Trujillo.
Si este fuera el caso, la estructura inusual de esa
galaxia sería una manifestación de las propiedades de la física cuántica, pero
a escala galáctica. “Si esta hipótesis se confirmara, sería una de las más
bellas exhibiciones de la naturaleza que unifica el mundo de lo más pequeño con
lo más grande”, concluye.
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