ALERTA EN LA ANTÁRTIDA: La gripe aviar se expande a nuevas especies y pone en peligro a los pingüinos
La expansión del virus de la gripe aviar altamente
patogénica (HPAI) en la Antártida encendió las alarmas en la comunidad
científica internacional. Estudios recientes identificaron 14 nuevos casos de
animales infectados, lo que sugiere que la propagación del virus en la región
austral es mayor de lo esperado.
Esta situación representa una amenaza significativa
para la biodiversidad del continente blanco, especialmente para especies
vulnerables como los pingüinos y los lobos marinos.
Los investigadores del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC) -el mayor organismo público de investigación
de España- confirmaron que el hallazgo se produjo tras la reiteración del
análisis de muestras recolectadas durante la Expedición Australis, un proyecto
internacional dedicado a rastrear la presencia del patógeno en la región.
Entre los animales infectados se encuentran
pingüinos de Adelia, palomas antárticas y lobos marinos, lo que evidencia una
dispersión más amplia y preocupante del virus de lo que se había anticipado
inicialmente.
Este hallazgo, presentado en la conferencia
científica SCAR (Scientific Committee on Antarctic Research) en Chile, marca un
punto de inflexión en el entendimiento de la propagación del virus en el
continente helado. Lo que comenzó como un brote localizado en ciertas especies
de aves marinas ahora se ha convertido en una crisis que amenaza la
biodiversidad de la región.
El virus de la gripe aviar llegó a la Antártida a
principios de 2024, marcando un momento crítico para la biodiversidad del
continente. El primer brote se detectó en aves marinas, particularmente en
pingüinos de Adelia, en la isla Heroína.
La rápida propagación del virus a nuevas especies y
su capacidad para adaptarse a la fauna local evidenciaron desde el inicio la
gravedad de la situación. En los meses siguientes, los científicos registraron
más de 500 cadáveres de pingüinos en la región, lo que llevó a las autoridades
a declarar una alerta por la posible devastación de las colonias de pingüinos y
otras especies emblemáticas del continente.
Ahora, los científicos también detectaron la
presencia del virus en skuas y lobos marinos, lo que indica que la gripe aviar
cruzó barreras de especie y podría seguir propagándose a otros mamíferos
marinos. Este patrón de infección plantea interrogantes sobre las consecuencias
a largo plazo para la fauna de la Antártida y el equilibrio de sus ecosistemas.
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