Un estudio revela que los primeros dinosaurios ponían huevos blandos
Hay un problema con los
huevos de dinosaurio: faltan muchos.
Los dinosaurios
dominaron la tierra desde hace unos 245 millones de años hasta que un asteroide
los extinguió unos 66 millones de años antes de nuestro tiempo. Pero sus huevos
están ausentes en general de la primera mitad de su registro fósil.
Un nuevo estudio
publicado en junio en la revista Nature, que exhibe restos de dinosaurios bebés
de Mongolia y Argentina, ofrece una razón: los primeros dinosaurios pusieron
huevos blandos, y éstos sufrieron descomposición mucho antes de poder
convertirse en fósiles.
En un segundo estudio
también publicado en Nature, paleontólogos anunciaron el primer huevo fósil
conocido encontrado en la Antártida. El huevo, también de cáscara blanda,
parece un balón de fútbol desinflado. Es más grande que cualquier huevo de dinosaurio
que se haya encontrado, y el equipo que lo desenterró cree que podría ser de un
mosasaurio, un reptil marino.
Ambos estudios revuelven
el entendimiento científico de la reproducción de reptiles antiguos. El
hallazgo del dinosaurio revela cómo evolucionó la reproducción de los
dinosaurios a lo largo del tiempo hasta desarrollar un tipo completamente
diferente de capacidad ponedora de huevos.
Mark Norell, experto del
Museo Estadounidense de Historia Natural, en Nueva York, encabezó al equipo en
Mongolia excavando fósiles de dinosaurios en el desierto de Gobi. Allí,
desenterró a los bebés fósiles de un dinosaurio llamado Protoceratops, un
dinosaurio herbívoro con pico.
Los bebés murieron hace
75 a 71 millones de años y están en posición fetal. Parecen como si aún
pudieran estar en sus huevos. Pero el equipo no encontró fragmentos de cáscara
de huevo fosilizados. Una película delgada rodeaba a los animales.
Y entonces se le ocurrió
a Norell: las películas podrían ser residuos de cáscaras blandas que sufrieron
descomposición. Hoy, reptiles como tortugas y lagartijas ponen huevos de
cáscara blanda, de donde es más fácil emerger, pero no protegen contra depredadores.
Jasmina Wiemann,
paleobióloga de la Universidad de Yale, se unió al equipo de Norell y halló que
cada tipo de cáscara produce una huella digital química única. Estudió la
química de las películas de Protoceratops, así como de las películas del huevo de
otro dinosaurio de Argentina llamado Mussaurus, y descubrió que los huevos de
dinosaurio coincidían con la huella digital de la cáscara blanda.
“Es increíble pensar en
estos dinosaurios gigantes, más grandes que autobuses y, en algunos casos, que
aviones, comenzando como unos pequeñines emergiendo de un huevo blando”, dijo
Stephen Brusatte, paleontólogo en la Universidad de Edimburgo, en Escocia.
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