Hallan en Teruel los pelos de mamífero más antiguos conservados en ámbar
Plumas de dinosaurio y pelos de mamífero del Cretácico de Teruel aportan nuevas claves sobre la conservación de restos de vertebrados en ámbar
El yacimiento paleontológico de la mina de Ariño, conocido por su registro fósil de dinosaurios, cocodrilos y tortugas, ha proporcionado los pelos de mamífero más antiguos conservados en ámbar.
Los yacimientos de ámbar del Cretácico son
abundantes en la península ibérica y su estudio ha proporcionado numerosos
hallazgos de relevancia mundial. Varios de ellos se habían producido en la
provincia de Teruel y a ellos se suman dos espectaculares fósiles cuya
descripción e interpretación se acaban de publicar en la revista Scientific
Reports.
El equipo de investigación, formado por Sergio
Álvarez Parra, Xavier Delclòs (ambos de la Universitat de Barcelona), Mónica M.
Solórzano Kraemer (Museo Senckenberg de Historia Natural de Frankfurt am Main),
Luis Alcalá (Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis) y Enrique
Peñalver (Instituto Geológico y Minero de España) ha descrito dos piezas de
ámbar turolense muy peculiares con restos de vertebrados.
El origen de las dos piezas se encuentra en resina
producida en un medio aéreo hace entre 105 y 110 millones de años (Cretácico
Inferior). Una de ellas se encontró hace años en el yacimiento de ámbar de San
Just, en el municipio de Utrillas, y la otra en Ariño, cuando en el verano de
2019 se llevó a cabo una excavación para extraer ámbar en la mina Santa María,
en la que ya se habían encontrado los nuevos dinosaurios Proa valdearinnoensis
y Europelta carbonensis, pero nada hacía sospechar entonces que allí también se
pudieran encontrar restos de vertebrados incluidos en el ámbar.
La pieza de San Just (Utrillas) incluye varios
restos de plumas de dinosaurio dispersos en la superficie convexa del ámbar. La
de Ariño presenta tres pelos de mamífero, con su característico patrón
microscópico de escamas en la superficie, que representan el hallazgo más
antiguo conocido de pelos en ámbar. La disposición paralela de los tres pelos y
sus proporciones similares permiten identificarlos como pertenecientes a un
pequeño mechón.
Arrancados por
la resina mientras dormían o descansaban
La determinación de las especies a las que
pertenecen estos fósiles es muy complicada, pero es probable que los restos de
plumas correspondan a un ave del grupo extinto Enantiornithes y el patrón
superficial de escamas de los pelos es similar al de algunos mamíferos
actuales.
Ambos hallazgos tienen su origen en un mismo proceso
de conservación, únicamente conocido en las resinas, que los investigadores
describen por primera vez en la nueva publicación.
Este proceso se ha denominado “pull off vestiture”
(“arrancamiento de vestidura”) y consiste en el atrapamiento de pequeñas
porciones de plumaje o pelaje de un individuo vivo, tras estar en contacto con
una masa de resina pegajosa durante el tiempo necesario para que se produzca un
cierto endurecimiento de la resina.
Seguramente, el dinosaurio y el mamífero estuvieron
en contacto con resina mientras descansaban o dormían en un árbol o cerca de
él. Con el movimiento posterior del animal, la resina arrancó estas pequeñas
estructuras epidérmicas.
Tres de los autores ya habían observado un proceso
similar, aunque no idéntico, durante sus experimentos en los bosques de Madagascar,
donde crecen árboles resiníferos. Sin embargo, no lo vieron en la propia
resina, sino en unas trampas pegajosas que habían instalado en árboles
resiníferos para comprender cómo, hace millones de años, la resina atrapó
insectos y arañas. Estas trampas también retienen pelos de los mamíferos que
contactan con ellas. La característica del proceso “pull off vestiture” es la
necesidad de que transcurra un cierto tiempo entre el contacto del animal con
la resina y el arrancamiento de su vestidura.
Referencia:
Álvarez-Parra, S et al. “Cretaceous amniote
integuments recorded through a taphonomic process unique to resins”. Scientific
Reports
.-
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