Un estudio anticipa que el pingüino emperador desparecerá de la Antártida en el año 2100
Los pingüinos emperador se reducirán “dramáticamente o directamente se extinguirán en el año 2100” como consecuencia de los efectos del cambio climático acelerado, tales como el resquebrajamiento de los glaciares y la pérdida de hielo oceánico.
Esta es la penosa conclusión a la que arriba un
estudio publicado en Global Change Biology, conducido por Woods Hole
Oceanographic Institution, y realizado por un equipo internacional e
interdisciplinario de científicos, ecologistas, expertos en cambio climático e
incluso políticos que trabajaron sobre investigaciones y proyecciones
fundamentales para “adaptarlas al lenguaje” del Servicio para la Pesca y la
vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS, por sus siglas en inglés) y para el
British Antarctic Service (Servicio Británico Antártico), que opera en el
Atlántico Sur.
Ese trabajo recomienda que se incluya a los
pingüinos emperador en la Ley Estadounidense de Especies en Peligro –la más
influyente en materia de conservación-. Y el Departamento del Interior de
Estados Unidos ya suscribió esa recomendación.
“Los científicos tienen la responsabilidad de hacer
que la gente se dé cuenta de la necesidad de cambio a través de evidencia
objetiva, explicó Stephanie Jenouvrier, líder del grupo. “Con la ayuda de un
equipo abocado, preparamos este informe para la USFWS para brindarle un
análisis del pronóstico futuro y ayudar a elaborar políticas de protección para
las especies”, continúa el Jenouvrier.
El estudio presenta una proyección dinámica de todas
las colonias de pingüinos emperador bajo diferentes escenarios de emisión de gases
de efecto invernadero que incluyen, por primera vez, los efectos de los eventos
climáticos extremos basados en el registro satelital de observación de las
colonias.
El trabajo demuestra que los eventos extremos dejan
desarmados a los pingüinos emperador en las tres “R” fundamentales de su
existencia: resiliencia, redundancia y representación.
La resiliencia es la capacidad de resistir
perturbaciones aleatorias, que pueden medirse en la cantidad de pobladores de
una colonia de pingüinos, el índice de crecimiento, y la conexión entre las poblaciones,
explica el trabajo.
La redundancia –continúa- es la habilidad de soportar
catástrofes y mira el número, la distribución, la resiliencia y la conectividad
entre las poblaciones de pingüinos.
Por último, la representación es la habilidad de
adaptarse a los cambios ambientales y se relaciona con la captura de la
variación geográfica, genética y del ciclo de vida que existe en el entorno
ecológico de la especie.
Las tres R trabajan conjuntamente en la persistencia
de una especie y son importantes para evaluar cuánto las debilitan las amenazas
climáticas en el futuro previsible.
El estudio muestra que si el hielo marino disminuye
siguiendo el índice previsto por la tendencia y las políticas climáticas actuales,
esas tres “erres” de los pingüinos emperador se reducirán dramáticamente y casi
todas las colonias existentes desaparecerán en 2100.
“Cuanto más aprendemos del pingüino emperador, más
nos damos cuenta de su dependencia del hielo marino. Nuestros nuevos modelos de
su dinámica de población se suman a los efectos de los cambios extremos, que
comprobamos que han impactado en los años recientes. Los modelos predicen que
si no actuamos ahora para torcer las emisiones de efecto invernadero, la
población de pingüinos declinará cuatro quintos en el 2060 y eventualmente se
extinguirá al final del siglo”, predijo el Dr Peter Fretwell, coautor del
trabajo y especialista en Sistema de Información Geográfica del British
Antarctic Survey.
“Si las emisiones siguen aumentando, como lo han
hecho en las últimas dos décadas, el futuro de los pingüinos emperador es
desolador. Este informe no es sólo sobre los pingüinos emperador. Usamos a los
emperadores como un ejemplo de especie en la que se puede hacer un análisis directo
del estrés ambiental conocido. En este caso, la escasez de hielo marino predice
una merma futura. Para muchas especies, el vínculo entre cambio climático y
poblaciones es menos obvio y difícil de prefigurar, pero sigue siendo real. El
declive del emperador puede verse como una advertencia del futuro posible para
muchas especies si no actuamos para torcer la curva del cambio climático”,
continúa el Dr. Fretwell.
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