El atún rojo revela patrones mundiales de contaminación por mercurio en el océano
El atún rojo, una especie migratoria de larga vida que acumula mercurio a medida que envejece, puede utilizarse como barómetro global del metal pesado y del riesgo que supone para la vida oceánica y la salud humana, según un estudio internacional, según publican sus autores en la revista 'PNAS'.
El
atún rojo, una de las especies de peces más grandes y rápidas de la Tierra,
está ampliamente distribuido por los océanos del mundo, pero la sobrepesca
debida a la demanda de los consumidores ha agotado gravemente sus poblaciones.
También tienen altas concentraciones de metilmercurio neurotóxico en sus
tejidos musculares, que aumenta con la edad.
El
metilmercurio es la forma de mercurio que se biomagnifica en las redes
alimentarias acuáticas, lo que da lugar a concentraciones neurotóxicas en la
carne del atún rojo que a menudo superan los niveles seguros para el consumo
humano. Pero no se conoce bien cómo varía la acumulación de mercurio entre el
atún rojo distribuido por todo el mundo.
Se
han propuesto varias especies de atún como bioindicadores de los cambios en la
contaminación por mercurio de los océanos, pero las comparaciones directas de
las concentraciones de mercurio en los tejidos de los peces a través del
espacio y el tiempo son difíciles porque, además de las diferencias
taxonómicas, los niveles de mercurio en los peces marinos se ven afectados por
la edad, el tamaño, la posición en la red alimentaria y el tipo y la abundancia
de presas, que varían según las condiciones ambientales locales y globales.
Para
abordar estas cuestiones y proporcionar una base de comparación estándar para
la contaminación por mercurio en todos los océanos del mundo, investigadores de
Estados Unidos y Taiwán compararon los cambios en la concentración de mercurio
muscular entre las especies de atún rojo de cuatro subcuencas oceánicas
diferentes. Hay tres especies de atún rojo: Atlántico (la más grande y la más
amenazada), Pacífico y Sur. La mayoría de las capturas de atún rojo del
Atlántico proceden del Mar Mediterráneo, que es la pesquería de atún rojo más
importante del mundo.
Tras
una revisión exhaustiva de estudios anteriores y el análisis de mercurio en
muestras de tejido muscular desde 1998 hasta 2019, los investigadores
descubrieron que las tasas de acumulación de mercurio en el atún rojo son más
altas en el Mediterráneo y disminuyen en el norte del Océano Pacífico, el
Océano Índico y el norte del Océano Atlántico.
Además,
las tasas de acumulación de mercurio aumentan en proporción a las
concentraciones de metilmercurio en el agua de mar regional y en el
zooplancton, lo que vincula la acumulación de metilmercurio en el atún rojo con
la biodisponibilidad de metilmercurio en la base de la red alimentaria de cada
subcuenca.
Los
patrones globales observados se corresponden con los niveles de mercurio en
cada subcuenca oceánica: Mediterráneo, Pacífico Norte e Índico están sujetos a
procesos naturales como la lixiviación de mercurio de las rocas y a la
contaminación humana por la minería de metales, la fundición y la quema de combustibles
fósiles, mientras que el océano Atlántico Norte lo está menos.
Los
investigadores de la Universidad de Rutgers, la Universidad de California y la
Universidad Nacional de Taiwán descubrieron que los índices de acumulación de
mercurio en el atún rojo como índice de contaminación global reflejan las
fuentes naturales y humanas y la circulación global de las corrientes oceánicas
profundas impulsadas por las diferencias en la densidad del agua, que está
controlada por la temperatura y la salinidad.
"Nuestro
estudio demuestra que los índices de acumulación de mercurio en el atún rojo
pueden utilizarse como un índice de contaminación global que puede revelar los
patrones de contaminación y biodisponibilidad del mercurio en los océanos, las
emisiones naturales y las causadas por el hombre y las características
ambientales regionales", destaca uno de los autores principales del
estudio, John Reinfelder, profesor del Departamento de Ciencias Ambientales de
la Universidad de Rutgers-New Brunswick cuya investigación se centra en la
biogeoquímica de los elementos químicos en los ecosistemas marinos y de agua
dulce.
"En
general, las tasas de acumulación de mercurio proporcionan un medio para
comparar la biodisponibilidad del mercurio entre poblaciones geográficamente
distintas de peces marinos de nivel trófico superior a través de las subcuencas
oceánicas, para investigar la dinámica trófica del mercurio en las redes
alimentarias marinas y para mejorar las evaluaciones del riesgo para la salud
pública de la exposición al mercurio de los alimentos marinos", añade.
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