Una simulación informática sugiere un planeta del tamaño de la Tierra más allá de Neptuno
Nuevas simulaciones sobre la creación del sistema solar sugieren que puede haber un planeta por descubrir del tamaño de la Tierra o Marte orbitando más allá de Neptuno.
La
investigación, publicada en Annual Review of Astronomy and Astrophysics plantea
además tal planeta pudo haber sido expulsado de las regiones exteriores del
sistema solar por los gigantes gaseosos.
A medida
que los científicos continúan estudiando el sistema solar, todavía están
tratando de comprender no solo cómo llegaron a existir los planetas, sino por
qué ocupan sus órbitas actuales.
En este
nuevo trabajo, los autores liderados por Bertt Gladman, de la Universidad de
British Columba, y Kathryn Volk, del Lunar and Planetary Institute, señalan que
las simulaciones de la evolución del sistema solar aún no pueden explicar la
configuración actual debido a la falta de información. Y sospechan que la
información que falta involucra a un planeta que una vez rodeó al sol en el
sistema solar exterior (donde residen los gigantes gaseosos, Júpiter, Saturno,
Urano y Neptuno) pero que ahora existe más
allá de los bordes del sistema solar
o incluso en las profundidades del espacio.
Según
informa Phys.org, los autores aprecian algo extraño en la configuración actual
de los planetas, que tiene cuatro planetas rocosos internos, un cinturón de
asteroides y luego cuatro gigantes gaseosos en el sistema solar exterior. Más
allá de los gigantes hay planetas enanos y otros objetos como cometas. Los
investigadores creen que falta algo.
Sostienen
que es poco probable que la evolución natural de nuestro sistema solar tenga
cuatro gigantes gaseosos y luego nada más que enanos. La lógica sugiere que
debería haber algunos planetas de otros tamaños, y sus simulaciones los
respaldan. Agregar otro planeta del tamaño de la Tierra o Marte al sistema
solar exterior, quizás entre dos de los gigantes gaseosos, produce un modelo
más preciso, al menos durante las primeras etapas de desarrollo.
Eventualmente, tal planeta habría sido empujado más lejos en el espacio,
ya sea uniéndose a las enanas, o fue empujado hasta el espacio interestelar,
donde viajaría solo. Concluyen que si tal planeta existe en los bordes
exteriores del sistema solar, los nuevos telescopios en construcción podrían
detectarlo y así confirmar su teoría.
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