¿Y si la Tierra es cúbica?
Tras la profusa extensión de terraplanistas, que batallan con denuedo y orgullo sus teorías conspirativas a diestro y siniestro, cabalgan otras teorías que, no por más descabelladas que parezcan, conforman un espectro de psicología social que, en sí mismo, es todo un Universo.
Tras la explicación de la posible
‘tierra-rosquilla’, llega un nuevo capítulo de esta peculiar lucha entre
ciencia y creencia. Y es que algunos, rizando el rizo, o buscando mejor dicho
la cuadratura del círculo, ya se están planteando ir más allá. ¿Y si la Tierra
es cúbica? Sí, cúbica. Un enorme dado de seis caras cuadradas rotando en el
espacio.
En ask a mathematician, un físico se encarga de
responder a una de esas preguntas improbables como es ¿qué pasaría si la Tierra
fuera cúbica en lugar de esférica?
Obviamente la pregunta es improbable porque ese caso
no se da en la naturaleza, donde la gravedad y los movimientos de rotación
trabajan para que las grandes masas planetarias adquieran la familiar forma
esférica que todos conocemos. Pero aun así… suponiendo que fuera posible
geológicamente que la Tierra fuera cúbica, ¿cómo sería la vida en ella?
La respuesta es apasionante. La gravedad empujaría a
los océanos y al aire hacia el centro de cada una de las 6 caras planas del
planeta, formando una especie de burbuja (o lentilla) en la que se
concentrarían los elementos básicos para la vida. La única tierra habitable
sería la que rodease a los océanos circulares situados bajo la cúpula de aire.
Dos de estas “lentillas” de agua permanecerían
heladas, las correspondientes a las caras planas norte y sur (los polos). Las
seis caras estarían completamente aisladas entre si, por lo que incluso podrían
tener atmósferas distintas. Obviamente cada uno de los seis climas “carales”
sería distinto y menos virulento que el “global” que conocemos en la Tierrra
esférica, por aquello del menor volumen de agua y aire.
Lo interesante es que buena parte del planeta
estaría directamente expuesto al espacio exterior. Así que en un mundo así (en
el que por otro lado sería complicado que evolucionase vida) los hipotéticos
científicos encargados de diseñar la carrera espacial lo tendrían chupado.
Desde las aristas los lanzamientos saldrían por cuatro perras.
Seguro que el espectáculo de contemplar una burbuja
de aire-agua desde las aristas (donde por cierto pesaríamos bastante menos)
sería de los de quitar el hipo.
Esperaremos al siguiente capítulo de esta
apasionante enciclopedia teórica. Quizás preguntarnos si la Tierra tiene forma…
de cacahuete, por ejemplo.
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