Astrónomos identifican por primera vez el campo magnético de un exoplaneta
Un equipo de astrónomos ha identificado por primera vez la firma de un campo magnético en un planeta fuera de nuestro sistema solar. El campo magnético de la Tierra actúa como un escudo contra las partículas energéticas del sol conocidas como viento solar. Los campos magnéticos podrían desempeñar funciones similares en otros planetas. El hallazgo, descrito en un artículo de la revista Nature Astronomy, supone un hito en la investigación de los exoplanetas.
Los campos magnéticos juegan un papel crucial en la
protección de las atmósferas planetarias, por lo que la capacidad de detectar
los campos magnéticos de los exoplanetas es un paso importante hacia una mejor
comprensión de cómo pueden ser estos mundos extraterrestres.
Utilizando el telescopio espacial Hubble, los
investigadores analizaron el exoplaneta HAT-P-11b, un planeta del tamaño de Neptuno,
situado a 123 años luz de la Tierra, pasar directamente a través de la cara de
su estrella anfitriona seis veces en lo que se conoce como un
"tránsito". Las observaciones se realizaron en el espectro de luz
ultravioleta, que está más allá de lo que puede ver el ojo humano.
Hubble detectó iones de carbono (partículas cargadas
que interactúan con campos magnéticos) alrededor al planeta en lo que se conoce
como magnetosfera, una región alrededor de un objeto celeste (como la Tierra)
que está formada por la interacción del objeto con el viento solar emitido por
su estrella anfitriona.
"Esta es la primera vez que se detecta
directamente la firma del campo magnético de un exoplaneta fuera de nuestro
sistema solar", indica Gilda Ballester, profesora de investigación adjunta
en el Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona y coautora
del trabajo. "Un fuerte campo magnético en un planeta como la Tierra puede
proteger su atmósfera y superficie del bombardeo directo de las partículas
energéticas que componen el viento solar. Estos procesos afectan en gran medida
la evolución de la vida en un planeta como la Tierra porque el campo magnético
protege a los organismos de estas partículas energéticas", explica.
El descubrimiento de la magnetosfera de HAT-P-11b
constituye un paso significativo hacia una mejor comprensión de la
habitabilidad de un exoplaneta. No todos los planetas y lunas de nuestro
sistema solar tienen sus propios campos magnéticos, y la conexión entre los
campos magnéticos y la habitabilidad de un planeta aún necesita más estudio,
según los investigadores.
"HAT-P-11 b ha demostrado ser un objetivo muy
interesante porque las observaciones del tránsito ultravioleta del Hubble han
revelado una magnetosfera, vista como un componente iónico extendido alrededor
del planeta y una larga cola de iones que escapan", apunta Ballester,
quien asegura que su trabajo podría servir como método general para detectar
magnetosferas en una variedad de exoplanetas y evaluar su papel en la
habitabilidad potencial.
Un descubrimiento clave fue la observación de iones
de carbono no solo en una región que rodea el planeta, sino que también se
extiende en una larga cola que se aleja del planeta a velocidades promedio de
160.000 km/h. La cola llegó al espacio durante al menos una unidad astronómica,
la distancia entre la Tierra y el sol.
Los investigadores dirigidos por el primer firmante
del artículo, Lotfi Ben-Jaffel, del Instituto de Astrofísica de París,
utilizaron simulaciones por computadora en 3D para modelar las interacciones
entre las regiones atmosféricas más altas del planeta y el campo magnético con
el viento solar entrante. "Al igual que el campo magnético de la Tierra y
su entorno espacial inmediato interactúan con el viento solar, formado por partículas
cargadas que viajan a casi 1,5 millones de km/h, existen interacciones entre el
campo magnético de HAT-P-11b y su entorno espacial inmediato con el viento
solar de su estrella anfitriona", señala Ballester.
La física en las magnetosferas de la Tierra y
HAT-P-11b es la misma. No obstante, la proximidad del exoplaneta a su estrella,
sólo una vigésima parte de la distancia entre la Tierra y el sol, hace que la
atmósfera superior se caliente y esencialmente "hierva" en el
espacio, lo que da como resultado la formación de la cola magnética.
Los investigadores también encontraron que la
metalicidad de la atmósfera de HAT-P-11b, la cantidad de elementos químicos en
un objeto que son más pesados que el hidrógeno y el helio, es menor de lo
esperado. En nuestro sistema solar, los planetas gaseosos helados, Neptuno y
Urano, son ricos en metales pero tienen campos magnéticos débiles, mientras que
los planetas gaseosos mucho más grandes, Júpiter y Saturno, poseen una baja metalicidad
y campos magnéticos fuertes. La baja metalicidad atmosférica de HAT-P-11b
desafía los modelos actuales de formación de exoplanetas, en opinión de los
autores / EUROPAPRESS
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