Cámaras de eco, los peligrosos atajos que los algoritmos provocan en nuestra mente
Tristan Harris, conocido como la conciencia de Silicon Valley, abandonó las filas de Google para fundar el Center for Humane Tecnhology. ¿Su objetivo? Revertir la degradación humana causada por una tecnología que persigue atrapar la atención. Una tecnología que influye en nuestra forma de interpretar y dar sentido al mundo.
Es momento de reivindicar una tecnología ética y
humana, como expone Harris en el documental The social dilema, en el que otros
exdirectivos del sector también revelan cómo las plataformas digitales están
reprogramando nuestra construcción social de la realidad.
La realidad es un conjunto de fenómenos externos que
interpretamos. El construccionismo social nos explica cómo a través de las
estructuras y relaciones sociales cotidianas recibimos información sobre el
medio.
En la actualidad, esta forma de concebir el mundo o
Weltanschauung no solo habrá de estar determinada por el contexto social y la
cultura de la que formamos parte, sino que otros agentes anónimos lucharán por
captar nuestra atención y transmitirnos su interpretación de la realidad.
Es cierto que en el mundo analógico también está
presente un fenómeno similar. A no pocas personas la realidad les viene dada
por su periódico o radio de cabecera, pero la información digital y las redes
sociales han creado un nuevo escenario.
Los algoritmos personalizan la experiencia en las
plataformas sociales seleccionando la información más adecuada a nuestro
perfil. Para ello, se combinan datos de comportamientos previos con datos del
comportamiento de personas de perfiles y gustos similares, contenidos próximos
y, por supuesto, las tendencias del momento. Junto a las tendencias definidas
por los algoritmos estarán aquellas seleccionadas personalmente. Y con ello
terminamos de dar forma a la cámara.
Al elegir a quién seguir y al seleccionar contenidos
personalizados de determinados medios creamos burbujas de información que
producen un aislamiento intelectual de los puntos de vista contrarios.
Burbujas informativas o cámaras de eco que refuerzan
las visiones personales y, por ello, nuestra interpretación del mundo. Como un
eco continuo y reconfortante. Incluso llegan a afectar a temas tan “racionales”
como la inversión financiera o de tanto impacto humano como el abordaje de la
Covid-19.
Aunque algunos estudios cuestionan las cámaras de
eco, defendiendo que las personas contrastamos la información en mayor medida
de lo que se piensa, por ejemplo para decisiones políticas, lo que no podemos
objetar es que nuestra mente recurre a atajos para tomar decisiones o razonar
con agilidad.
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