Descubren un exoplaneta rico en hierro puro a 30 años luz de la Tierra
Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto un planeta extrasolar con la mitad de la masa de la Tierra y que se mueve rápidamente: tarda 7,7 horas en orbitar su estrella madre, una enana roja que se encuentra a poco menos de 31 años luz de la Tierra.
Denominado GJ 367 b, se trata de uno de los
exoplanetas más ligeros de los casi 5.000 conocidos actualmente. Su diámetro es
de poco más de 9.000 kilómetros, por lo que esta subtierra es ligeramente mayor
que Marte.
El descubrimiento, no solo demuestra que es posible
determinar con precisión las propiedades de los exoplanetas más pequeños y
menos masivos, sino que también proporciona nuevas claves para entender cómo se
forman y evolucionan los planetas terrestres. El estudio se publica esta semana
en la revista Science.
“A partir de la determinación precisa de su radio y
masa, GJ 367b se clasifica como un planeta rocoso”, informa Kristine Lam,
investigadora del Instituto de Investigación Planetaria del Centro Aeroespacial
Alemán (DLR) y primera autora del artículo, “y esto lo sitúa entre los planetas
terrestres de tamaño inferior a la Tierra y hace avanzar la investigación en la
búsqueda de una ‘segunda Tierra’ (aunque este exoplaneta no lo sea)”.
GJ 367 b pertenece al grupo de exoplanetas de
periodo ultracorto (USP por sus siglas en inglés) que orbitan su estrella en
menos de 24 horas. “Ya conocemos algunos de ellos, pero su origen es
actualmente desconocido”, señala la coautora Savita Mathur, investigadora del
Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Además, con un periodo de rotación
de 48 días para la estrella, “es un sistema muy interesante para estudiar y
entender la evolución dinámica de pequeños planetas rocosos con esta orbita”.
Muchos de los exoplanetas descubiertos en los
últimos años se han detectado mediante el método del tránsito, que consiste en
medir las diferencias mínimas en la luz
de una estrella cuando un planeta pasa por delante, y también ha sido el
caso de GJ 367 b con la ayuda del Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS)
de la NASA.
Tras su descubrimiento, se estudió el espectro de su
enana roja con el método de velocidad radial, que consiste en medir los cambios
en la posición y la velocidad de una estrella a medida que esta y un planeta a
su alrededor orbitan su centro de masas común.
La variación provocada por la fuerza gravitatoria de
ambos objetos queda reflejada en un desplazamiento en el espectro de la
estrella observada. Para GJ 367 b, la masa se determinó con el instrumento
HARPS del telescopio de 3,6 metros del Observatorio Europeo Austral (ESO).
Con el estudio meticuloso y la combinación de
diferentes métodos de evaluación, se determinaron con precisión el radio (72 %
del radio de la Tierra) y la masa del planeta (55 % de la terrestre). Al
determinar estos parámetros, con una precisión del 7 y el 14 % respectivamente,
los investigadores también pudieron sacar conclusiones sobre su estructura
interna.
Se trata de un exoplaneta rocoso de baja masa, pero
con una densidad superior a la de la Tierra. De hecho, una de las
peculiaridades de GJ 367 b es que tiene una densidad equivalente a la del
hierro casi puro, según los modelos, y una temperatura superficial cercana al
punto de fusión de este metal, lo que sugiere que es el núcleo de hierro de un
planeta que ha perdido su manto exterior.
“La alta densidad indica que el planeta está
dominado por un núcleo de hierro –explica Szilárd Csizmadia, investigador del
DLR y coautor del artículo–. Estas propiedades son similares a las de Mercurio,
con su núcleo de hierro y níquel desproporcionadamente grande que lo diferencia
de otros cuerpos terrestres del sistema solar”. De momento no está claro cómo
se formó un planeta tan rico en hierro.
Sin embargo, la proximidad del planeta a su estrella
significa que está expuesto a un nivel de radiación extremadamente alto, más de
500 veces más fuerte que el que experimenta la Tierra. “La temperatura de la
superficie podría alcanzar los 1.500 grados Celsius, una temperatura a la que
se fundirían todas las rocas y metales; por tanto, GJ 367 b no puede
considerarse una ‘segunda Tierra’”, apunta Enric Pallé, investigador del IAC
que también ha participado en el estudio.
La estrella madre de este exoplaneta recién
descubierto es una enana roja llamada GJ 367, que tiene sólo la mitad del tamaño
del Sol. Esta característica ayudó a su descubrimiento, ya que la señal de
tránsito del planeta en órbita es especialmente significativa. “Las enanas
rojas no sólo son más pequeñas, sino también más frías que el Sol –aclara
Felipe Murgas, investigador del IAC y coautor del artículo–, esto hace que sus
planetas asociados sean más fáciles de encontrar y caracterizar”.
Las enanas rojas se encuentran entre los objetos
estelares más comunes de nuestra vecindad cósmica y, por tanto, son objetivos
claves para la investigación de exoplanetas. Los investigadores estiman que
estas enanas rojas, también conocidas como estrellas de clase M, son orbitadas
por una media de dos a tres planetas, cada uno de los cuales podría tener, como
máximo, cuatro veces el tamaño de la Tierra.
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Referencia: https://www.agenciasinc.es/Noticias/Descubierta-una-cercana-subtierra-rica-en-hierro
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