Científicos americanos diseñan un platillo volante para flotar por la Luna

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han diseñado un "platillo volador" que podría flotar a través de la Luna: se trata de un rover ligero en forma de plato, que puede volar en suspensión a través de la superficie de la Luna y otras superficies planetarias sin aire, como los asteroides.

 El "platillo volador" sería alimentado por el campo eléctrico que se acumula debido a la exposición directa al Sol y su plasma circundante: en ausencia de atmósfera, la carga energética haría posible levitar a más de un metro de altura sobre la superficie.

Además, se utilizarían pequeños rayos de iones para cargar el vehículo y aumentar la carga natural de la superficie sobre la cual se vuela, contrarrestando la gravedad. Esta fuerza iónica se basa en el uso de propulsores de iones en miniatura, que se conectan a un depósito que contiene líquido iónico en forma de sal fundida, dispuesto a temperatura ambiente. Cuando se aplica un voltaje específico, los iones presentes en el líquido se cargan y emiten “rayos” que transmiten una fuerza determinada a través de los pequeños propulsores.

Según una nota de prensa, la Luna presenta una carga energética superficial lo suficientemente fuerte como para hacer levitar polvo sobre el suelo, de forma muy similar a como la electricidad estática logra que el cabello de una persona se erice. Este mismo efecto se reproduce en otros astros sin aire y atmósfera, siendo la idea inicial sobre la cual se sustenta el concepto del nuevo rover flotante, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Journal of Spacecraft and Rockets.

El rover en forma de plato incluiría en su estructura una película de poliéster hecha de tereftalato de polietileno estirado, denominada BoPET. Este material, concretamente en la variedad Mylar, presenta importantes propiedades para este tipo de usos, como su alta resistencia a la tracción, estabilidad química y dimensional, transparencia y reflectividad, que le permiten aprovechar al máximo la energía proveniente del Sol. Incluso, el boPET metalizado está destinado a ser utilizado para velas solares, como un medio alternativo de propulsión para naves espaciales.

De acuerdo a un artículo publicado en Science Alert, la nueva tecnología de rovers flotantes podría simplificar notablemente la exploración espacial en terrenos irregulares como el de la Luna o los asteroides. Al disponer de un mecanismo controlado para mantener el rover flotando, las misiones de las distintas agencias espaciales podrían atravesar un terreno inexplorado y muy accidentado, sin tener que esquivar físicamente estos escollos.

Al parecer, los modelos matemáticos desarrollados por los investigadores confirmaron en teoría la eficacia del concepto de propulsión, que combina la energía solar captada en la superficie con la fuerza de los propulsores iónicos. El sistema aportaría un empuje suficiente para que el rover se despegara del suelo y lograra volar en suspensión.

En un experimento de laboratorio, los científicos fueron capaces de hacer levitar con esta tecnología a un diminuto vehículo, que cabe en la palma de una mano y pesa alrededor de 60 gramos. Sin embargo, la cantidad de fuerza requerida dependería en cada caso del tamaño del cuerpo planetario sobre el cual volaría el rover, en función de la intensidad de la gravedad que debe contrarrestarse.

Un punto crucial es que este tipo de diseño iónico utiliza muy poca energía para generar mucho voltaje, por lo tanto la energía necesaria para poner en acción a los rovers se reduciría considerablemente, disminuyendo de la misma forma el impacto económico de las misiones. Con este tipo de enfoque, los astrónomos creen que sería posible explorar grandes asteroides, como por ejemplo Psyche, examinando estos cuerpos rocosos de cerca y con un vehículo que no estaría limitado por los accidentes geográficos ni por la disponibilidad de energía.

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