El Quetzalcoatlus, el animal volador más grande conocido
Paleontólogos publican seis artículos con información sin precedentes sobre el animal volador más grande que haya existido y revelan una particular forma de volar.
Hace 67 millones de años, el cielo era dominio de
Quetzalcoatlus northropi, el animal volador más grande conocido que jamás haya
existido. Este género de pterosaurios pterodactiloideos es, quizá, el
descubrimiento fósil más espectacular del siglo XIX. Desde 1975, se han
encontrado dos especies: un pterosaurio gigante conocido por solo unos pocos
huesos y uno más pequeño. A pesar de su gran diferencia de tamaño, el «pequeño»
Quetzalcoatlus lawsoni ha ayudado a los científicos a comprender cómo volaba su
primo más grande.
El nuevo estudio, publicado en el Journal of
Vertebrate Paleontology, sugiere que Q. northropi utilizó un salto de hasta 2,5
metros en el aire, seguido de aleteos de sus alas de 11 metros de largo para
volar. Habría aterrizado como un avión, reduciendo la velocidad en el aire
antes de aterrizar en tierra firme y dando un salto para estabilizarse.
«El animal tuvo que batir sus alas para detenerse y
disminuir su descenso antes de aterrizar con las patas traseras y dar un
pequeño salto», explica Kevin Padian, paleontólogo de la Universidad de
California. «Luego baja las patas delanteras, adopta una postura de cuatro
patas, se endereza y se aleja»
Este tipo de aterrizaje y caminata es muy poco
convencional pero, las huellas fosilizadas previamente descubiertas en Francia
prueban lo particular que era este gran volador. Basándose en la evidencia, los
científicos sugieren que la criatura habría usado su pico ‘parecido a un
palillo’ para atrapar y engullir peces, invertebrados y pequeños anfibios del
agua, al igual que lo hace una garza.
Si queremos hacernos una idea de Q. northropi en el aire, podrías imaginar el vuelo de un
majestuoso cóndor. Esta ave deidad para los incas, guarda un poco de su
ancestro muy lejano.
Las nuevas investigaciones aportan información sin
precedentes sobre Q. northropi que, pese a haber sido descubierto hace casi 50
años, «ha sido poco conocido». El estudio completo se ha dividido en seis
artículos que, en conjunto, brindan más información sobre la extensión, el
hábitat y el árbol evolutivo de la especie.
«Estos antiguos reptiles voladores son legendarios,
aunque la mayor parte de la concepción pública del animal es artística, no
científica«, dice Padian.
A pesar de que estos reptiles voladores, imponentes
bestias, dominaron los cielos durante millones de años, tuvieron el mismo
drástico final que los demás. Los fósiles, análisis y, el valioso trabajo de
los paleoilustradores, nos ayudan a conocerlos mejor. Ya no están aquí, pero a
través de un análisis cuidadoso de los fósiles, podemos devolverles la vida…
metafóricamente hablando, no te asustes.
«Esta es la primera mirada real a la totalidad del
animal más grande que jamás haya volado, hasta donde sabemos. Los resultados
son revolucionarios para el estudio de los pterosaurios, los primeros animales,
después de los insectos, en evolucionar el vuelo motorizado«.
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