Los glaciares de Groenlandia se reducen por 25 año consecutivo
Groenlandia suma el vigesimoquinto año consecutivo registrando pérdidas en la extensión de sus glaciares. Así lo pone de manifiesto un nuevo informe del Portal Polar, institución que monitorea la capa de hielo de Groenlandia y el hielo marino, que señala que, a pesar de que el verano del 2021 comenzó siendo húmedo y frío, la llegada de una ola de calor en julio aceleró el proceso de fusión.
De este modo, según el estudio, que también detalla
en términos de “balance de masa de hielo total” (la suma del derretimiento de
la superficie y la pérdida de trozos de hielo de los icebergs, además del
derretimiento de las “lenguas” de los glaciares en contacto con el agua de
mar), Groenlandia perdió alrededor de 166.000 millones de toneladas durante el
año transcurrido entre agosto de 2020 y 2021.
En otras palabras, la capa de hielo terminó la
temporada con un balance de masa superficial neta de aproximadamente 396.000
millones de toneladas, lo que lo convierte en el vigesimoctavo nivel más bajo
registrado en 41 años.
Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
los datos expuestos en el informe representan una “clara” muestra del “rápido
avance” del cambio climático, además de implicar una transformación de nuestras
perspectivas sobre el planeta. Por ejemplo, según el Portal Polar, si esas
cifras se hubiesen dado en la década de los 90 se hubieran considerado
simplemente como un año con un balance de masa superficial muy bajo.
El informe expone que el pasado año fue un periodo
relevante en Groenlandia por diversas razones, empezando por el hecho de que,
por primera vez, se registró lluvia en la estación meteorológica Summit,
localizada en lo alto de un glaciar a 3200 metros de altitud.
Además, supuso una aceleración de la pérdida de
hielo en el glaciar Sermeq Kujalleq, donde la tasa de pérdida se había
estancado durante varios años.
Por otra parte, el Portal Polar reporta que las
nevadas invernales estuvieron cerca del promedio para el periodo comprendido
entre 1981 y 2010 y precisa que se trata de “una buena noticia” porque la
combinación de pocas nevadas invernales y un verano cálido puede provocar
grandes pérdidas de hielo, como sucedió en 2019.
En el caso del 2021, el trabajo informa que la causa
del frío de principios de verano podría deberse a las condiciones en el
suroeste de Canadá y el noroeste de Estados Unidos, ya que en ambos territorios
se formó un enorme sistema de alta presión de “bloqueo”.
Agrega que ese patrón ocurre regularmente en la
tropósfera, y no sólo en América del Norte, pero que nunca se había observado
con tanta fuerza. Asimismo, el estudio cita un análisis realizado por la
iniciativa científica internacional World Weather Attribution que demostró que
ese sistema de alta presión sólo podía entenderse como resultado del
calentamiento atmosférico causado por la actividad humana.
El informe también ofrece unas pinceladas de los
datos más relevantes del hielo total ártico. En este sentido, confirma que en
julio de 2021 se midió la segunda extensión más baja de hielo marino desde
1979.
Sin embargo, en agosto y septiembre, el
derretimiento no fue tan alto, y cuando la extensión del hielo marino alcanzó
su mínimo anual el 12 de septiembre, su extensión general estaba justo fuera el
top 10 de años con la extensión más baja de hielo marino desde 1979.
En 2021, la fecha del mínimo anual de extensión del
hielo marino fue dos días más tarde que el promedio de 1981-2010 (10 de
septiembre). Por lo tanto, la recongelación del hielo marino también comenzó un
poco más tarde de lo normal.
“Muchas de las extensiones más bajas de hielo marino
se han medido en los últimos 20 años, y la tendencia a la baja es una mala
noticia para el clima en el Ártico, ya que el hielo marino juega un papel
importante en el sistema climático global”, advierten los expertos, que señalan
que esto se debe, entre otras cosas, a que la reducción del hielo marino genera
un círculo vicioso en el que se acelera el calentamiento del Ártico.
.-
Comentarios
Publicar un comentario