Astrónomos 'toman el pulso' a un agujero negro
Un agujero negro forma una gran corona antes de emitir chorros. Así lo revela el gráfico de latidos que un equipo de astrónomos ha realizado de un agujero negro y una estrella orbitando entre sí.
El equipo, dirigido por Mariano Méndez de la
Universidad de Groningen (Países Bajos), publica resultados en Nature
Astronomy.
Así como la
sangre en un corazón humano no puede estar en la aurícula y los ventrículos al
mismo tiempo, un agujero negro también parece recolectar material y calentarlo
en una llamada corona, y luego escupirlo en chorros.
"Parece lógico, pero ha habido un debate
durante 20 años sobre si la corona y el chorro eran simplemente la misma cosa.
Ahora vemos que surgen uno tras otro y que el chorro sigue a la corona",
dice el investigador principal, Mariano Méndez, de la Universidad de Groningen,
que publica resultados en Nature Astronomy.
Los
investigadores recopilaron 15 años de datos de varios telescopios. Entre otros,
apuntaron el Rossi X-ray Timing Explorer hacia el agujero negro GRS 1915+105
desde el espacio aproximadamente cada tres días y recolectaron radiación de
rayos X de alta energía de la corona.
Los astrónomos combinaron los datos de rayos X con
los del Telescopio Ryle. Esta es una colección de antenas de radio a unos
noventa kilómetros al norte de Londres, que recogen radiación de radio de baja
energía del chorro del agujero negro casi todos los días.
El agujero
negro GRS 1915+105 no es un agujero negro aislado, sino un sistema doble
formado por un agujero negro y una estrella normal que giran uno alrededor del
otro.
Este doble sistema se encuentra en nuestra Vía
Láctea a unos 36.000 años luz de nosotros en dirección a la constelación de
Aquila. El agujero negro pesa unas 12 veces más que nuestro Sol, lo que lo
convierte en uno de los agujeros negros estelares más pesados que se conocen.
Ahora que los
investigadores han probado la secuencia, todavía quedan algunas preguntas sin
respuesta. Por ejemplo, la radiación de rayos X que los telescopios recogen de
la corona contiene más energía de la que puede explicarse únicamente por la
temperatura de la corona.
Los investigadores sospechan que un campo magnético
proporciona energía extra. Este campo magnético y la energía que lo acompaña
también podrían explicar por qué se forman los chorros. Si el campo magnético
es caótico, la corona se calienta. Si el campo magnético se vuelve menos
caótico, el material puede escapar a través de las líneas de campo hacia un
chorro.
Los investigadores
sugieren que el principio que demostraron también puede aplicarse a agujeros
negros más pesados, por ejemplo, al agujero negro supermasivo en el centro de
nuestra galaxia.
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