La comunicación con una civilización alienígena representa el mayor desafío de la humanidad

La comunicación con una civilización extraterrestre podría ser más problemática de lo pensado hipotéticamente: una cultura alienígena mucho más inteligente, con una tecnología ampliamente superior o con estructuras conceptuales muy diferentes podría suponer un enorme desafío al momento de establecer una relación directa.

En una conferencia virtual organizada por la Universidad de Harvard, el astrofísico Avi Loeb y la psicóloga Jesse Snedeker concluyeron que la futura comunicación con una civilización extraterrestre ofrecerá múltiples desafíos, lejanos a la aparente sencillez establecida en el cine de ciencia-ficción para estos encuentros. Los científicos creen, por ejemplo, que puede existir una brecha tecnológica casi insalvable o que incluso las estructuras conceptuales para comprender el Universo y comunicarse pueden ser radicalmente diferentes.

Según un artículo publicado en The Harvard Gazette, los científicos se plantearon una situación que hoy sigue pareciendo lejana, pero que en verdad podría suceder de un momento a otro, teniendo en cuenta los avances en la exploración y el estudio del espacio y las nuevas tecnologías que comenzarán a utilizarse en los próximos años. ¿Cómo nos comunicaríamos con una civilización extraterrestre con la cual entremos en contacto? ¿Será tan sencillo como en algunos films de ciencia ficción, en los cuales una especie de “telepatía” hace posible el diálogo?

El astrofísico Avi Loeb, conocido por afirmar que el objeto no identificado denominado Oumuamua y descubierto en 2017 podría ser en realidad una pieza de tecnología interestelar, afirmó que la búsqueda de civilizaciones extraterrestre debería ser tomada con mayor seriedad por la ciencia. Vale remarcar que Loeb también impulsa el proyecto Galileo, destinado a buscar tecnología alienígena.

En ese sentido, afirmó que los seres humanos tenemos que estar preparados para la posibilidad de que los extraterrestres no quieran comunicarse con todos nosotros, en función de sus intereses o su nivel de desarrollo. En consecuencia, uno de los primeros problemas al momento de establecer una comunicación con otra civilización será su grado de inteligencia: si la diferencia es abismal, la posibilidad de comunicarnos efectivamente se reducirá considerablemente.

Al mismo tiempo, Loeb indicó que la humanidad debe bajarse del pedestal en el que se ha colocado, considerándose como la expresión máxima de la vida inteligente en el Universo. El científico expresó que las condiciones que permitieron el desarrollo de la vida en el Sistema Solar no son extraordinarias, y podrían repetirse fácilmente en otros sitios de la Vía Láctea y en otras galaxias.

El problema es el momento y la ocasión del encuentro: frente a esto, el astrofísico se preguntó si una civilización capaz de viajar distancias infinitas para intentar comunicarse con nosotros puede tener un nivel tecnológico comparable al nuestro o si, por el contrario, presentará un avance tan superior que creará una “brecha tecnológica” muy difícil de superar para establecer una comunicación.

En otro orden, la psicóloga Jesse Snedeker cree que otro enorme problema a superar puede ser la estructura conceptual utilizada por otras civilizaciones para comprender la realidad y comunicarse. Si pensamos en nuestro planeta, a pesar de las diferencias en el idioma, tenemos la capacidad de comunicarnos entre culturas muy diferentes, porque compartimos un conjunto de referencias como seres humanos. Disponemos de una estructura conceptual común para entender las cosas del mundo y para denominarlas, aunque los términos sean distintos de acuerdo a la sociedad o la región en la que nos encontremos.

Pero con una civilización extraterrestre, en cambio, lo más probable es que no contemos con esa ventaja. De esta forma, será imprescindible crear un nuevo marco de referencia y un universo simbólico compartido, para superar el escollo y lograr comunicarnos. A pesar de esto, Snedeker es optimista y piensa que podremos rescatar algunos patrones en común para avanzar en la comunicación con otras civilizaciones.

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