Las galaxias se apagan de dentro hacia afuera
Un estudio a gran escala del gas frío en las galaxias, un elemento esencial para entender cómo funciona la evolución galáctica, ha ofrecido evidencias de que las galaxias se 'apagan' de dentro afuera.
Las galaxias, en apariencia inmutables, se hallan en
un estado de flujo motivado por varios factores que impulsan su evolución.
Entre ellos destaca la formación de estrellas, que nacen a partir de grandes y
frías nubes de gas molecular y cuya abundancia depende del gas disponible.
El proyecto MASCOT, impulsado por el Observatorio
Europeo Austral (ESO) y que cuenta con la participación del Instituto de
Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), nació para estudiar este gas frío,
fundamental para comprender la evolución galáctica. Con carácter de legado, o de
liberación de datos pública y abierta, el proyecto acaba de difundir sus
primeros resultados, con observaciones en detalle de unas doscientas galaxias.
"Las galaxias que observamos en el universo
actual exhiben gran variedad de propiedades, pero suelen catalogarse en azules
y rojas, es decir, galaxias que forman estrellas y galaxias apagadas donde ya
apenas nacen estrellas. Pocas galaxias muestran características intermedias y
se localizan en el llamado 'valle verde' lo que plantea un problema: si el proceso
de evolución galáctica fuera simplemente cuestión del lento agotamiento del
gas, esperaríamos ver muchas más galaxias en el valle verde. Así, algún
mecanismo debe estar deteniendo la formación de estrellas, haciendo que la
transición del azul al rojo sea relativamente rápida", apunta en un
comunicado Sara Cazzoli, investigadora del Instituto de Astrofísica de
Andalucía (IAA-CSIC) que participa en el proyecto.
MASCOT, dirigido por Dominika Wylezalek (Universidad
de Heidelberg), estudiará en detalle un conjunto de galaxias de la base de
datos MaNGA (acrónimo en inglés de Cartografía de galaxias cercanas en el
Observatorio de Apache Point) un proyecto que observó diez mil galaxias y
aportó mapas bidimensionales de, por ejemplo, la velocidad y edad de las estrellas
en las galaxias, la abundancia de elementos o el ritmo de formación estelar.
Sin embargo, MaNGA no aportó datos sobre la fase fría del gas, y ahí reside el
objetivo de MASCOT, que estudiará el contenido de gas moleculardisponible para
la formación de estrellas, además de la relación entre las propiedades del gas
molecular, como su masa y cinemática, y el ritmo de formación y composición de
las estrellas.
En esta primera serie de datos el equipo científico
ha observado que, al relacionar la masa del gas molecular con las edades
estelares, las galaxias con menos gas tienden a mostrar poblaciones estelares
más viejas cerca del centro galáctico, lo que constituye un indicio de que el
apagado de las galaxias, o el cambio de azul a rojo, se produce desde dentro
hacia afuera.
"Para explicar este enfriamiento se está
explorando la retroalimentación debida a la actividad de los agujeros negros
supermasivos y/o a la formación violenta de estrellas. Estos procesos pueden
desencadenar la formación de grandes movimientos de gas, los supervientos
galácticos, y calentar así el medio interestelar frío. De esta manera se
ralentiza o, en los casos más extremos, cesa la formación de estrellas, primero
en el centro de las galaxias y luego en las zonas más periféricas", apunta
Sara Cazzoli.
El estudio MASCOT se lleva a cabo desde el Radio
Observatorio de Arizona (ARO), una antena de doce metros capaz de detectar el
gas frío, y esta publicación de datos representa algo más de la mitad de las
1400 horas de observación disponibles. La muestra total estudiada será de unas
250 o 300 galaxias.
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