Los gorilas de montaña, en peligro de extinción, tienen más sed por el cambio climático
El gorila de montaña (Gorilla beringei beringei),
una de las dos subespecies de gorila oriental existentes y uno de los primates
más amenazados del planeta, está padeciendo directamente los efectos del cambio
climático.
Según un innovador estudio publicado en Frontiers in
Conservation Science (10 marzo), los miembros de las escasas poblaciones de
estos primates se ven forzados a beber más agua cuando se producen temperaturas
más elevadas, una circunstancia cada vez más habitual debido al cambio
climático. La alteración de hábitos cotidianos como la búsqueda de agua puede
incrementar el estrés en estas poblaciones y acrecentar los peligros para su
supervivencia, destacan los autores del estudio.
Las dos únicas poblaciones de gorila de montaña
existentes se localizan en las montañas Virunga (Uganda, Ruanda y República del
Congo) y en la selva o bosque impenetrable de Bwindi (Uganda). Las poblaciones
han registrado un ligero incremento en los últimos años, pero en total se
calcula que sobreviven en ambos enclaves unos 1.000 ejemplares.
Como se recordará, los gorilas de montaña ganaron
popularidad hace algunos años gracias a la labor de protección y divulgación de
la naturalista Dian Fossey, y de su libro Gorilas en la niebla (escrito en
1983), con posterior versión cinematográfica protagonizada por Sigourney
Weaver.
El estudio que ahora se publica ha analizado
observaciones recogidas durante 10 años en dos poblaciones de gorilas de
montaña existentes, y concluye que en ambas localizaciones los gorilas bebían
agua con mucha más frecuencia a temperaturas promedio más altas que en las más
frías.
Los resultados tienen implicaciones importantes para
el comportamiento y la conservación de los gorilas de montaña, que se enfrentan
a continuos aumentos de temperatura y frecuencia de fenómenos meteorológicos
extremos debido a la crisis climática, indica el equipo investigador autor de
este trabajo, liderado por la profesora Martha Robbins, del departamento de
Primatología del Instituto Max Planck en Leipzig (Alemania).
Los gorilas de montaña habitan en la selva tropical
y obtienen la mayor parte de sus necesidades de agua de las plantas que
consumen. Sin embargo, el aumento de las temperaturas los hará más dependientes
del agua estancada, como un arroyo, río, charco o pantano. En estas zonas, el
cambio climático puede aumentar las temperaturas y también alterar el régimen
de precipitaciones y la disponibilidad de agua.
"Comprender cómo los animales obtienen agua es
cada vez más importante frente al cambio climático, ya que se prevé que las
temperaturas más cálidas y las condiciones climáticas más extremas influyan en
la disponibilidad de agua, lo que podría tener implicaciones en la forma en que
usan su hábitat limitado", ha indicado Edward Wright, uno de los ocho
coautores del estudio.
“Esto es particularmente relevante en especies en
peligro de extinción que son vulnerables a la extinción, como los gorilas de
montaña”, destaca Wright en una nota difundida por el instituto Max Planck.
Los gorilas de montaña están clasificados como 'en
peligro de extinción' en la Lista Roja de la Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza (UICN) y se enfrentan a amenazas continuas, como
el tamaño pequeño de la población, el hábitat limitado, la caza furtiva y la
destrucción del hábitat. Esta especie se encontraba en la categoría de 'estado
crítico' hasta 2018. Para investigar si los hábitos de consumo de agua de los
gorilas de montaña se vieron afectados por los cambios en las condiciones
climáticas, los autores examinaron el comportamiento de consumo de agua entre
2010 y 2020 en las dos poblaciones restantes de gorilas de montaña de Bwindi y
Virunga y lo correlacionaron con la temperatura máxima local y lluvia.
Una mayor dependencia del agua estancada tiene
varios efectos sobre la supervivencia de estos animales en peligro de
extinción. Una mayor frecuencia en el consumo de agua puede conducir a una
mayor exposición a parásitos y enfermedades humanas. Además, debido a que los
gorilas de montaña son una especie pequeña y aislada con un rango de hábitat
limitado, la disponibilidad de agua no siempre está garantizada en el área de
distribución de cada grupo. Otra investigación ha demostrado que el 22% de las
especies de primates son vulnerables a los impactos de las sequías, mientras
que se predice que los hábitats de los primates experimentarán un 10% más de
calentamiento que el aumento promedio global de la temperatura.
Edward Wright concluye que, con los resultados
observados, parece evidente que en el escenario actual de cambio climático, los
gorilas de montaña tendrán que esforzarse más para mantener el equilibrio
hídrico".
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