El milagro verde chino: China reforesta 48.000 km2 de bosques cada año
China sigue siendo un país altamente contaminante,
pero al mismo tiempo asiste a un verdadero 'milagro verde': su gobierno ha
puesto en marcha un plan que está reforestando a marchas forzadas la extensa
nación, con grandes áreas desérticas. Cada año, el bosque gana 50.000
kilómetros cuadrados de superficie y para ello se han invertido 70.000 millones
de euros en los últimos cinco años.
Saihanba es una zona ubicada en la región mas
septentrional de la provincia de Hebei, en China. Es un gran parque forestal
que cuenta con 200 kilómetros cuadrados de superficie, pero hasta hace 60 años
era totalmente desértico y estéril, afectado por la sobreexplotación forestal y
fuertes tormentas de arena que asolaron esta región desde el siglo XVII.
Sin embargo, las autoridades chinas decidieron
ponerse manos a la obra y a mediados de 1962 la Administración Estatal de
Silvicultura del Gobierno chino dio luz verde para el proyecto de reforestación
del territorito. El objetivo era realmente ambicioso: convertir esta área en un
pulmón vegetal para el norte de China.
De este modo, la Granja Forestal Mecánica de
Saihanba comenzó a desarrollar la estrategia que pretendía convertir la zona en
un oasis vegetal. Fue así como 369 silvicultores iniciaron la recuperación del
área de más de 20.000 hectáreas, trabajos que fueron continuados por tres
generaciones de silvicultores chinos. De hecho, en los primeros momentos solo
se cosecharon fracasos y fue necesario rectificar estrategias y persistir en el
intento para obtener los primeros frutos, solo muy posteriormente.
Este bosque artificial es uno de los principales
estandartes del plan China Sostenible, impulsado por el Gobierno. Más de 618
especies diferentes han sido sembradas en el parque forestal, incluyendo 312
géneros de plantas vasculares.
Para obtener este resultado, hubo que enfrentarse a
numerosos retos, pues las condiciones climáticas de la región han sido uno de
los principales problemas para el desarrollo del bosque.
En invierno, las heladas alcanzan temperaturas de
hasta 43 grados centígrados bajo cero, mientras los días medianamente cálidos
apenas duran un par de meses. Debido a estas condiciones, los ingenieros
forestales desarrollaron tecnologías de cultivos artificiales. Fue así como, de
una tasa inicial de supervivencia de especies de 8% (en los primeros años) se
pasó a una tasa del 98%.
Hoy, Saihanba cuenta con una cobertura vegetal del
80%, la cual es capaz de conservar y purificar cerca de 137 millones de metros
cúbicos de agua al año, según datos del Gobierno chino. A su vez, la Academia
Forestal de China asegura que esta granja forestal puede absorber más de
860.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) y liberar otras 600.000 toneladas
de oxígeno anualmente.
En 2017, las Naciones Unidas premiaron el bosque
artificial chino con el Premio Campeones de la Tierra, como reconocimiento a su
contribución ambiental, restaurando un paisaje totalmente degradado. Al
respecto, Xi Jinping, presidente de la República Popular China, ha manifestado
su «orgullo» por el trabajo realizado en este bosque. Por ello, el mandatario
insta a «conservar el espíritu de Saihanba» para profundizar en la conservación
ecológica del país.
Pero este bosque no es sino una pequeña gota de agua
en un gran océano de reverdecimiento chino. Los progresos que hace el gigante
asiático en materia de plantación de bosques adquieren proporciones
sorprendentes.
A principios del siglo XXI, el Gobierno chino
anunció la puesta en marcha de un plan de reforestación en todo el país. El
objetivo: convertir a China en una eco-civilización, cubriendo de verde este
territorio, muchas de cuyas partes están siendo duramente afectadas desde
finales de los años 90 por fenómenos climatológicos.
Así, el deterioro medioambiental se convirtió
entonces en un problema de Estado. Con un país convertido en, prácticamente, un
enorme desierto, y una masa forestal que apenas llegaba al 14% de su
superficie. Desde el año 2001, de acuerdo con cifras oficiales de la
Administración Estatal de Silvicultura, China ha ido recuperando, en promedio,
50.000 kilómetros cuadrados de áreas forestales al año (más del doble de
superficie de la Comunitat Valenciana y algo más que Aragón).
Para finales de 2020, casi una cuarta parte del
territorio chino estaba cubierta de verde, el equivalente a casi 20 millones de
hectáreas. Según especialistas en materia ambiental, China ya habría alcanzado
el 25% de cobertura boscosa, lo necesario para convertirse en una
eco-civilización. Esto se traduce en una reducción de emisiones de dióxido de
carbono del 18% y un ahorro hídrico cercano al 23%, detalle el informe Green is
gold.
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