Las granjas lunares podrían ser una realidad en 10 años
Las granjas lunares llegarán "muy pronto"
y el sabor de las frutas y verduras que produzcan no será diferente al que se
conoce en la Tierra. Así lo ha afirmado la bióloga molecular estadounidense
Anna-Lisa Paul, que ha liderado junto a Rob Ferl el equipo de investigación de
la Universidad de Florida que la semana pasada anunció que habían conseguido
cultivar una planta en suelo lunar.
El grupo científico utilizó muestras de suelo lunar
recogido durante las misiones Apolo cedidas por la NASA y consiguió hacer
crecer un tipo de berro. Aunque las condiciones no fueron del todo óptimas y
los propios investigadores han advertido de que se necesitan más estudios, el
descubrimiento ha llevado a Paul a afirmar que "muy pronto" podrá
haber una especie de granja lunar".
"Probablemente, no será dentro de los próximos
cinco años, pero tal vez será dentro de los próximos 10", ha señalado.
El esfuerzo de la Universidad de Florida ha estado
apoyado por la NASA, que ya en 2004 explicaba la necesidad de cultivar en el
espacio: "las plantas ofrecen una solución prometedora para alimentar a
los astronautas a miles de kilómetros de la Tierra. Podrían cultivar cosechas
que no solo complementarían una dieta saludable, sino que también eliminarían
el dióxido de carbono tóxico del aire dentro de su nave espacial y crearían oxígeno
para mantener la vida".
"Esta investigación es fundamental para los
objetivos de exploración humana a largo plazo de la NASA, ya que tendremos que
utilizar los recursos encontrados en la Luna y Marte para desarrollar fuentes
de alimentos para los futuros astronautas que vivan y operen en el espacio
profundo", ha dicho el administrador de la NASA, Bill Nelson, según recoge
la organización espacial.
"Es también un ejemplo clave de cómo la NASA
está trabajando para desbloquear las innovaciones agrícolas que podrían
ayudarnos a entender cómo las plantas podrían superar las condiciones de estrés
en las zonas con escasez de alimentos aquí en la Tierra", ha añadido.
Volver a la Luna es un objetivo de muchas agencias
espaciales, pero ahora también de varias compañías privadas que han puesto
presión a la carrera espacial. Para que todas estas misiones puedan prosperar
durante un tiempo prolongado, los astronautas tienen que poder producir su
propia comida en el espacio para abaratar los costes de la misión y evitar
tener que volver a la Tierra a reabastecerse.
"Para explorar más y aprender sobre el sistema
solar en el que vivimos, tenemos que aprovechar lo que hay en la Luna, para no
tener que llevárnoslo todo", ha explicado Jacob Bleacher, el científico
jefe de exploración que apoya el programa Artemis de la NASA.
El proyecto busca ser el primero en volver a llevar
al hombre a la Luna - la última misión en la que astronautas de la NASA pisaron
el satétlite fue la de Apolo 17 en 1972
- y espera conseguirlo en 2025.
"Artemis requerirá una mejor comprensión de
cómo cultivar plantas en el espacio", asegura Rob Ferl, según recoge la
Universidad de Florida.
Las plantas que se cultiven en el espacio exterior,
considera Rob Ferl, deberán tener "múltiples usos"-
"Tiene que ser algo que sea útil y algo que sea
robusto. La NASA ha trabajado mucho con lo que ellos llaman cultivos de soporte
vital avanzado y alimentos como los rábanos, los nabos y varios tipos de
verduras de hoja son los más fáciles de cultivar y tienen la menor cantidad de
desperdicio", explicó.
Paul indicó que antes se debe "escalar"
los cultivos hasta alcanzar un "tamaño que podría acomodar algunas plantas
de cultivo simples".
Hasta ahora, las plantas cultivadas en su
laboratorio no pasaron de unos milímetros de altura y crecieron peor que las
sembradas en suelo terrestre.
Además del desafío de escalar lo aprendido en su
laboratorio, no hay que desdeñar el reto de lograr la ingeniería necesaria para
tener un invernadero lunar capaz de dar a las plantas lo que necesitan de una
manera "energéticamente eficiente", incluido el agua y unos
nutrientes que se deberían conseguir en el propio hábitat.
A pesar de todos los obstáculos, los científicos no
creen que esto vaya a influir en el sabor de los alimentos y piensan que será
bastante similar al de los cultivados en suelo terrestre.
Además, los investigadores están convencidos de que
en la Luna se cultivará una amplia variedad de productos porque pronto los
humanos entenderán cómo "regular" el suelo lunar y "acondicionarlo"
para el cultivo.
Por todo ello, Ferl estima que en 100 años los
astronautas podrán comer una ensalada fresca cosechada en la propia Luna:
"Donde haya humanos, siempre habrá plantas".
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