Un roedor chileno, clave para la lucha contra el Alzhéimer
Un roedor endémico de Chile, conocido popularmente
como degú, podría ser el modelo natural más adecuado para estudiar la actividad
neuronal asociada al alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a
más de medio millón de argentinos y argentinas.
El degú u Octodon degus despierta un gran interés
para la biomedicina por presentar de modo natural o espontáneo todos los
síntomas de la enfermedad de Alzheimer, como placas beta-amiloides, ovillos
neurofibrilares, deterioro cognitivo, además de comorbilidades como diabetes y
ateroesclerosis. Al igual que en humanos, también afecta a una fracción de su
población envejecida.
“La investigación con modelos animales de alzhéimer
en las últimas décadas ha tenido luces y sombras y nos ha permitido entender
mejor algunos mecanismos asociados a la enfermedad. Pero como las ratas y
ratones no padecen esta enfermedad de manera natural, las líneas transgénicas
generadas solo recapitulan –recrean- algunos aspectos específicos de la
sintomatología en humanos y las terapias provenientes de estos estudios han
fracasado en pruebas clínicas con pacientes”, explica Emilio Kropff, líder del
estudio e investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones
Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir).
El degú, en cambio, “podría ser una herramienta
valiosa para avanzar en la comprensión de la variante esporádica de esta
enfermedad, para la cual no existen buenos modelos a pesar de ser la
predominante en humanos”, añade.
Síntomas como la desorientación espacial y la
pérdida de memoria son características de la enfermedad de Alzheimer y son
consecuencia de alteraciones que tienen lugar en el hipocampo del cerebro.
Kropff y colegas, incluyendo Patricia Cogram, de la
Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, lograron comprobar que el
hipocampo de Octodon degus se parece mucho al de ratas y ratones comunes de
laboratorio, lo que permite aprovechar ese conocimiento acumulado para estudiar
a la nueva especie.
En particular, los científicos lograron caracterizar
por primera vez la actividad neuronal vinculada con la memoria espacial que se
registra en el hipocampo de este roedor.
“Encontramos neuronas de lugar o place cells que se activan en lugares
preferenciales de un ambiente conocido y constituyen la base de la memoria
espacial. Vimos también que incrementan su actividad cuando aparece una
novedad, como por ejemplo al introducir un objeto en un ambiente familiar”,
explicó Kropff, jefe del Laboratorio de Fisiología y Algoritmos del Cerebro en
la en la Fundación Instituto Leloir (FIL), quien realizó entre 2008 y 2011 su
posdoctorado con los neurocientíficos noruegos y nobeles de Medicina 2014
Edvard y May Britt Moser.
El equipo de investigación también determinó que las
ondas cerebrales del hipocampo del degú, como las “oscilaciones theta”, están
relacionadas con la sincronización entre grandes poblaciones de neuronas para
concretar operaciones cognitivas vinculadas con la orientación en el espacio.
En un próximo trabajo, los científicos van a
intentar comparar animales enfermos y sanos. “Esperamos encontrar diferencias
en la codificación de información espacial. Comprender cómo el alzhéimer afecta
ese proceso puede echar luz sobre los mecanismos que llevan a síntomas tales
como el colapso de la memoria en pacientes humanos, y podría permitir el diseño
de mejores herramientas de diagnóstico y de pruebas más rápidas de todo tipo de
terapias”, afirmó Kropff.
El primer autor del estudio es el psicólogo Matias
Mugnaini, becario doctoral del CONICET en el IIBBA. También participaron
Yannina Díaz, becaria doctoral del CONICET en el IIBBA; Diana Polania y Robert
M. J. Deacon, del Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Facultad de
Ciencias de la Universidad de Chile; y Marcelo Ezquer y Fernando Ezquer, del
Centro de Medicina Regenerativa de la Clínica Alemana y la Universidad del
Desarrollo en Santiago, Chile.
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