Descubren un mundo oculto bajo el hielo antártico
Un ecosistema nunca visto acecha en un río
subterráneo en las profundidades de la superficie helada de la Antártida: los
investigadores sacaron a la luz este "mundo oculto" en un nuevo
estudio, revelando una caverna oscura e irregular llena de enjambres de
diminutas criaturas parecidas a camarones.
Un grupo de científicos del Instituto Nacional de
Investigación del Agua y la Atmósfera (NIWA) en Auckland, Nueva Zelanda,
descubrió un ecosistema desconocido bajo el hielo de la plataforma Larsen, en
la Antártida, a más de 500 metros de profundidad. Luego de apreciar la
existencia de un río bajo la capa helada, los investigadores utilizaron una
poderosa manguera de agua caliente para perforar el hielo y llegar a una
especie de cámara subterránea.
De acuerdo a un artículo publicado en Live Science y
a un informe de NIWA, los especialistas se sorprendieron cuando, al hacer
descender una cámara al pasadizo subterráneo, apreciaron cómo una gran cantidad
de minúsculas criaturas semejantes a camarones se agolpaban contra la luz. De
esta manera, comprobaron rápidamente que el río y la caverna alojaban un
ecosistema oculto, casi un “nuevo mundo” bajo la gruesa superficie helada.
Al ver que el área estaba invadida por estos
diminutos crustáceos, conocidos como anfípodos, los científicos tuvieron que
dejar atrás todas sus suposiciones, porque no esperaban encontrar ningún tipo
de vida tan lejos de la superficie. El hallazgo va en línea con otras
investigaciones similares, que indican que la Antártida posee una riqueza
biológica no identificada aún bajo la enorme capa de hielo que forma parte de
su superficie.
Según el líder de la investigación, el científico
Herenga Waka, en 2020 se detectaron los primeros indicios de la estructura, al
observar una foto satelital del área. Una larga depresión o surco, que se
extendía sobre el hielo, era un sello distintivo de un río subterráneo. Sin
embargo, un primer análisis más detallado no arrojó resultados positivos.
Posteriormente, la observación de una clara pendiente convenció a los
investigadores, que confirmaron así la presencia del río subterráneo.
Al penetrar con la cámara en el río, verificaron que
la caverna era muy diferente a lo pensado previamente: el techo era muy
irregular y tenía pronunciadas ondulaciones. Al mismo tiempo, era mucho más
ancha en el extremo superior y se volvía notoriamente angosta al descender. Los
investigadores también descubrieron inesperadamente que la columna de agua
subterránea se dividía en cuatro o cinco capas diferentes de agua, que fluían
en direcciones opuestas.
Este fenómeno, nunca antes advertido, cambia nuestra
comprensión actual y los modelos relacionados con estos entornos de vida bajo
el hielo. Ahora, los especialistas deberán trabajar para conocer qué mecanismos
entran en juego y sustentan la lógica de este extraño “mundo subterráneo”, que
podría ser solo un ejemplo de muchos más a descubrirse en el futuro.
Los científicos continuarán estudiando el ecosistema
subterráneo recién descubierto y esperan aprender más sobre cómo se reciclan y
distribuyen los nutrientes, a través de las redes de agua subterránea de la
Antártida, para sustentar la abundancia de vida que ha podido apreciarse en
esos espacios. Al mismo tiempo, los investigadores creen que este tipo de
ecosistemas ocultos también puedan estar en riesgo por los efectos del calentamiento
global y el cambio climático.
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