Diseñan robots nadadores diminutos para buscar vida en los océanos de Encélado
Un concepto en desarrollo en el Laboratorio de
Propulsión a Chorro de la NASA permitiría que posibles misiones planetarias
persigan pistas interesantes en los océanos subterráneos de otros mundos.
En el
concepto de Sensing With Independent Micro-Swimmers (SWIM), docenas de pequeños
robots descenderían a través de la capa helada de una luna distante --como
Encélado de Saturno o Europa de Júpiter-- a través de un criobot hasta el
océano. El proyecto ha recibido financiación del programa Conceptos Avanzados e
Innovadores de la NASA.
Del tamaño
de un teléfono celular y empaquetados dentro de una estrecha sonda para
derretir hielo que haría un túnel a través de la corteza congelada, los
diminutos robots serían liberados bajo el agua, nadando lejos de su nave
nodriza para estudiar el entorno acuático del subsuelo.
Una
innovación clave es que los mininadadores --concebidos por el ingeniero de
robótica mecánica Ethan Schaler-- serían mucho más pequeños que otros conceptos
para robots de exploración oceánica planetaria, lo que permitiría cargar muchos
de forma compacta en una sonda de hielo. Se sumarían al alcance científico de
la sonda y podrían aumentar la probabilidad de detectar evidencia de vida mientras
evalúan la habitabilidad potencial en un cuerpo celeste distante que contiene
océanos.
"Mi
idea es, ¿dónde podemos tomar la robótica miniaturizada y aplicarla en formas
nuevas e interesantes para explorar nuestro sistema solar?", dijo Schaler
en un comunicado. "Con un enjambre de pequeños robots nadadores, podemos
explorar un volumen mucho mayor de agua oceánica y mejorar nuestras mediciones
al tener varios robots recopilando datos en la misma área"
Aún no incluida en ninguna misión de la NASA, el
concepto SWIM en etapa inicial prevé robots en forma de cuña, cada uno de
aproximadamente 12 centímetros de largo y alrededor de 60 a 75 centímetros
cúbicos de volumen.
Aproximadamente cuatro docenas de ellos podrían
caber en una sección de 10 centímetros de largo de un criobot de 25 centímetros
de diámetro, ocupando solo alrededor del 15% del volumen de carga científica.
Eso dejaría mucho espacio para instrumentos científicos más potentes pero menos
móviles que podrían recopilar datos durante el largo viaje a través del hielo y
proporcionar mediciones estacionarias en el océano.
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