Los osos pardos y polares se cruzaron igual que sapiens y neandertales

 

Hace no mucho tiempo, los científicos pensaban que cuando los humanos modernos y los neandertales se separaron en dos especies distintas, no tuvieron que ver los unos con los otros nunca más. Pero más tarde el ADN neandertal fue encontrado en personas euroasiáticas modernas, lo que implica que los sapiens recibimos una afluencia de genes de estos homínidos en algún momento de nuestra historia evolutiva compartida. Es más, también los neandertales recibieron nuestros genes. Hubo mestizaje en ambas direcciones.

Ahora, un equipo internacional de investigadores ha descubierto que los osos tienen una historia similar. Un estudio publicado en la revista 'PNAS' esta semana encuentra evidencias de hibridación tanto en el genoma del oso polar como en el del oso pardo.

Los primeros en particular tienen una fuerte firma de una afluencia de ADN de los pardos. Los biólogos ya sabían que convertirse en especies separadas no impidió por completo que estos animales se aparearan entre sí, pero desconocían hasta qué punto.

El estudio analizó los genomas de 64 osos polares y pardos modernos, incluidos varios genomas nuevos de Alaska, un estado donde se encuentran ambas especies. Además, el equipo también produjo un genoma nuevo y más completo de un oso polar que vivió hace entre 115.000 y 130.000 años en el archipiélago noruego de Svalbard. El ADN del antiguo oso polar se extrajo de un diente adherido a una mandíbula fósil, que ahora se encuentra en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oslo.

Usando este conjunto de datos, los investigadores estiman que los osos polares y los pardos comenzaron a convertirse en especies distintas hace aproximadamente 1,3 a 1,6 millones de años, lo que actualiza evaluaciones anteriores. Esa división ha sido y sigue siendo un tema de debate científico.

El estudio también concluye que después de convertirse en su propia especie, los osos polares sufrieron una disminución considerable de la población y un cuello de botella genético prolongado, lo que dejó a estos animales con mucha menos diversidad genética que los osos pardos.

«La formación y mantenimiento de especies puede ser un proceso complicado», dice Charlotte Lindqvist, profesora de ciencias biológicas en la Universidad de Buffalo y experta en genética de osos. «Lo que sucedió con los osos polares y los osos pardos es un claro análogo a lo que estamos aprendiendo sobre la evolución humana: que la división de especies puede ser incompleta», señala.

La idea de que los osos polares adaptados al Ártico capturen material genético de osos pardos, que están adaptados a la vida en latitudes más bajas, es un hallazgo que puede interesar a los científicos preocupados por los impactos del cambio climático en las especies amenazadas. A medida que el mundo se calienta y el hielo marino del Ártico disminuye, los osos polares y los pardos pueden encontrarse con más frecuencia en lugares donde sus áreas de distribución se superponen. A juicio de Lindqvist, esto hace que su historia evolutiva compartida sea un tema de estudio particularmente intrigante.

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