China logra hacer realidad la telepatía y la telequinesis
Establecer una simbiosis entre máquina y cerebro
para potenciar sus capacidades es un antiguo anhelo humano. Ya sea para copiar
y pegar nuestro cerebro en un chip o para conseguir que personas con parálisis
o enfermedades neurodegenerativas recuperen su movilidad a través de un
implante, la conexión entre nuestra mente y los ordenadores puede tener las más
diversas utilidades, también militares.
Los últimos descubrimientos en este campo van un
paso más allá y dejan el Neuralink de Elon Musk en entredicho: dos recientes
investigaciones de científicos chinos han hecho realidad la posibilidad de
controlar materiales con la mente y enviar mensajes entre dos personas sólo con
el pensamiento. Eso no ha gustado nada en Washington, que ya ha empezado a
vetar a empresas chinas por participar en el desarrollo de "armas de
control mental".
Ambos descubrimientos se basan en tecnologías no
invasivas y en las posibilidades que ofrecen los metamateriales, compuestos
artificiales con propiedades inusuales que se conocen desde principios del
siglo XX. Estos materiales pueden interactuar con las ondas electromagnéticas,
y así consiguen adaptar sus propiedades y cambiar de estado. Llevado a la
práctica, el desarrollo de esta teconología permitirá, por ejemplo, la
construcción de células solares más eficientes, la creación de capas de
invisibilidad o la posibilidad de reducir el tamaño y mejorar la resolución de
las gafas de realidad virtual y aumentada como las que prepara Apple.
La versión 2D de los metamateriales son las
metasuperficies, delgadísimas láminas de apenas unas micras de grosor
elaboradas con nanoestructuras, con las que se pueden controlar todo tipo de
radiaciones electromagnéticas. Estas capas ultrafinas, aplicadas a una interfaz
cerebro-máquina, nos permitirán interactuar con las ondas de radio a través de
las ondas cerebrales, algo que podría tener aplicaciones como la monitorización
de la salud o incluso el control de radares militares con la mente.
"Nuestro diseño ofrece a los usuarios una forma
universal de manipular las ondas electromagnéticas mediante ondas
cerebrales", sostiene el profesor Wang Jiafu, uno de los principales
científicos del proyecto en la Universidad de Ingeniería de la Fuerza Aérea, en
el estudio publicado en la revista científica eLight.
El equipo de Wang se inspiró en las metasuperficies
programables, capaces de generar o manipular ondas de radio. Pero dio un paso
más allá, porque la mayoría de estos materiales necesitan conectarse por cable
a los usuarios, se controlan manualmente y no actúan en tiempo real. Por
contra, Wang y sus ayudantes proponen un nuevo concepto, el de metasuperficie
controlada por la mente a distancia (RMCM) mediante ondas cerebrales.
Esta aproximación permite controlar las
metasuperficies a través del pensamiento, transmitido de forma inalámbrica con
ayuda de unos electrodos y una conexión por Bluetooth. "Si podemos recoger
las ondas cerebrales y utilizarlas como señales de control de las
metasuperficies, no sólo podremos permitir a los usuarios controlarlas con su
mente, sino que también podremos mejorar su tasa de respuesta. Esto supondrá un
gran paso hacia las metasuperficies verdaderamente inteligentes", asegura
Wang en el artículo.
Pero no se quedó en la teoría, sino que fabricó un
prototipo de RMCM para realizar su ambicioso experimento. Para ello construyó y
conectó varios dispositivos: un módulo de control de la metasuperficie, un
módulo de extracción de las ondas cerebrales, el módulo de transmisión
inalámbrica por Bluetooth, una alimentación de corriente continua y un
microordenador de un solo chip.
Lo que consiguió no fue mover objetos con la Fuerza
como los jedis de Star Wars o arrugar una lata de Coca-Cola como Once en
Stranger Things, sino medir la atención de la persona a la que le colocaron los
electrodos. Ella fue una voluntaria, que se sentó en una cámara anecoica
diseñada para bloquear el sonido y las ondas electromagnéticas del entorno. Le
pidieron que cerrara los ojos y pasara por distintos estados de concentración,
y así el equipo pudo establecer una correspondencia clara entre la intensidad
de su atención y las propiedades cambiantes del material.
Llevado a la práctica, es un avance que permitiría,
por ejemplo, instalar en los coches un medidor inalámbrico de la concentración
de los conductores, que avise cuando quien sujeta el volante se despista.
También abre otras posibles aplicaciones en la monitorización de la salud, las
comunicaciones 5G y 6G y los sensores inteligentes. Lo de usar la Fuerza va a
tener que esperar, al menos de momento.
El otro estudio, a cargo de un equipo del Instituto
del Espacio Electromagnético de la Universidad del Sureste de China, también
utilizó las metasuperficies, pero en este caso para servir como
'intermediarias' a la hora de enviar y recibir mensajes entre dos personas a
través de la mente.
La investigación logró relacionar la señal de ondas
cerebrales P300 con las propiedades de una metasuperficie. Para ponerlo en
práctica, contaron con dos voluntarios, que hicieron las veces de emisor y
receptor. Al primero se le aplicó un electroencefalograma para monitorizar sus
ondas cerebrales en tiempo real, con especial atención a la señal P300. Esos
impulsos eléctricos se pasaron a código binario, utilizado para controlar las
propiedades de la metasuperficie del emisor. Cada cambio en la señal modificaba
de manera inalámbrica la metasuperficie del receptor, la descodificaba y la
traducía a texto para que fuera legible.
Esta conexión logró transmitir con éxito cuatro
secuencias textuales: "hola mundo", "hola, Sue",
"hola, Scut" y "BCI metasuperficie". El proceso no es
precisamente rápido: tardaron una media de 5 segundos por cada letra, algo que
puede mejorarse en el futuro con algunos "paradigmas de deletreo
rápido", según revela el equipo en su estudio.
Las primeras aplicaciones prácticas que sugiere esta
tecnología tienen que ver con la ayuda a discapacitados y pacientes con
patologías como la ELA, que podrían comunicarse simplemente pensando las
palabras y 'escribiéndolas' gracias a las metasuperficies.
"Los diseños personalizados para diferentes
usuarios mejorarán aún más la precisión de los equipos en el futuro. En
combinación con algoritmos inteligentes como el aprendizaje automático, puede abrir
una nueva dirección hacia los sistemas biointeligentes avanzados de
metasuperficie", señalan los autores del paper.
Estas no son las únicas investigaciones chinas que
buscan nuevas maneras de que interactúen
el cerebro y la tecnología, ya que el país asiático parece decidido a ser el
primero en aprovechar las ventajas que esto ofrece, también en los sectores
espacial y militar.
En marzo, un equipo de investigadores chinos realizó
un experimento con un dispositivo colocado en la cabeza de varios astronautas,
que les permitió controlar equipos robóticos mediante ondas cerebrales. El
objetivo es poder utilizar, entre otras herramientas, el brazo gigante de la
Estación Espacial Tiangong, que hasta la fecha se controla con un joystick y un
teclado.
La gran novedad de este nueva interfaz
cerebro-máquina es que logra una precisión del 99%, muy superior a las pruebas
realizadas hasta la fecha. Estas oscilabran entre un 40 y un 80%, cifras muy
por debajo de los estándares necesarios en el espacio, donde cualquier error
puede ser fatal.
https://www.elespanol.com/omicrono/tecnologia/20220718/tecnologia-preocupa-eeuu-logrado-realidad-telepatia-telequinesis/686181680_0.html
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