Descubren unos extraños lagos en las profundidades del mar Rojo
Un equipo de investigadores de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas, Atmosféricas y de la Tierra en Miami acaban de descubrir piscinas de salmuera bajo la superficie del mar Rojo. Si bien ya se habían descubierto otras características similares en esta parte del mundo, esta es la primera vez que se encuentran más al norte, en el corazón del Golfo de Aqaba. Según los científicos, están llenos de vida y contienen ecosistemas cuanto menos insólitos.
A pesar de su rareza y tamaño diminuto, los lagos de
agua salada presentan intensos oasis de biodiversidad en un entorno de aguas
profundas que de otro modo carecería de cantidad y variedad de especies.
“Hasta que comprendamos los límites de la vida en la
Tierra, será difícil determinar si los planetas alienígenas pueden albergar
seres vivos”, dijo el profesor Sam Purkis, investigador del Centro de
Investigación de Carbonatos de la Universidad de Miami y coautor del trabajo
que publica la revista Communications Earth & Environment.
El mar Rojo posee el mayor número conocido de
piscinas de salmuera en aguas profundas. Se cree que estos surgen de la
disolución de bolsas de minerales depositados durante la época del Mioceno
(hace unos 23 millones a 5,3 millones de años) cuando el nivel del mar en la
región era más bajo de lo que es hoy. Hay muchas fallas y fracturas en el lecho
marino asociadas con la tectónica de la región en esta zona del Golfo de Aqaba.
Hasta ahora, todos los lagos de salmuera de aguas profundas conocidas en el mar
Rojo estaban ubicados al menos a 25 km de la costa. Pero estos están solo a 2
kilómetros de la costa.
Se reveló que una cantidad significativa de
organismos vivos habitan estos ecosistemas. De hecho, el equipo del profesor
observó una multitud de microbiota, perfectamente adaptada a la alta salinidad
de estas piscinas de salmuera; pero también anguilas, tiburones, peces y
camarones. Una sorprendente variedad de fauna marina ha sido capaz de adaptarse
y aprovechar este entorno hostil. Las anguilas y los camarones, por ejemplo, se
alimentan de animales marinos que mueren por el contenido tóxico de sal.
En consecuencia, todos estos hallazgos permiten a
los investigadores aprender más sobre el desarrollo de la vida en entornos
hostiles y desfavorables.
“Nuestro descubrimiento de una rica comunidad de
microbios que sobreviven en ambientes extremos puede ayudar a rastrear los
límites de la vida en la Tierra y puede aplicarse a la búsqueda de vida en
otras partes de nuestro sistema solar y más allá”, comentan los autores que
hicieron su descubrimiento a una profundidad de 1 770 metros utilizando un
vehículo submarino operado por control remoto (ROV) en el OceanXplorer, un
buque de investigación altamente equipado capaz de explorar los lugares más
inalcanzables de la Tierra.
“Tuvimos mucha suerte. El descubrimiento se produjo
en los últimos cinco minutos de las diez horas de inmersión del ROV que pudimos
dedicar a este proyecto”, dijo el profesor Purkis.
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