El Teide tiembla con más de 1000 terremotos en un mes
El inicio del enjambre sísmico comenzó el pasado 17
de junio de madrugada, cuando al suroeste de Pico Viejo, en las Cañadas del
Teide, se localizaron un total de 300 microseísmos en apenas hora y media
(entre las 01:50 y las 4:10 horas) identificados a través de la Red Sísmica de
Canarias del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Entre ellos, destacó el de la 01:30 horas, con una
intensidad de 1,6 (mbLg) y una profundidad de 15 km. A todos ellos se sumaron
150 terremotos más hasta las diez de la mañana, de los cuales 13 se consideraron
de mayor magnitud.
Estos eventos híbridos de muy baja magnitud bajo el
edificio del Teide no son eventos insólitos, ya que tienen características muy
parecidas a los enjambres que se han venido registrando en los últimos años,
por ejemplo el 2 de octubre de 2016, 14 de junio de 2019 y 10 de junio de 2022.
Además, las series de este tipo han sido registradas en numerosas ocasiones en
la zona desde 1980.
El pasado 12 de julio a la 01:39 se inició,
nuevamente, la actividad sísmica en Las Cañadas del Teide, donde hasta primera
hora de la mañana se identificaron 350 pequeños eventos sísmicos. Estos
episodios se duplicaron hasta alcanzar los 630 eventos de baja magnitud a las
12 horas. Tras este nuevo repunte, no se volvieron a registrar nuevos
terremotos los días siguientes, por lo que se consideró que el enjambre sísmico
había llegado a su fin.
Según explican los expertos del IGN, la actividad en
todas estas series comienza con el registro de una señal de larga duración, sin
fases sísmicas definidas, y con alto contenido frecuencial, dando paso a
continuación a una larga serie de centenares de eventos de pequeña y similar
magnitud, que ocurren a intervalos casi regulares de tiempo.
La principal causa de este tipo de enjambres
microsísmicos es el movimiento de fluidos como vapor, gas o agua en el interior
del sistema hidrotermal del volcán Teide. Según los expertos, esta actividad
está ligada a un reajuste de presiones en la parte inferior de la corteza,
debido a la naturaleza volcánica del edificio insular y a los procesos
magmáticos en profundidad.
Los científicos explican que este tipo de episodios
es esperable y completamente normal en las islas volcánicas activas, sobre todo
a las profundidades a las que se han dado, entre los 13 y 15 km. Además no
descartan que puedan tender lugar a profundidades más someras en el futuro, sin
que esto apunte a un proceso eruptivo en un futuro cercano.
Ha de quedar claro que estos microseísmos no
implican una mayor probabilidad de una erupción a corto o medio plazo,
simplemente recuerdan que Tenerife sigue siendo una isla volcánica activa.
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