Los saurópodos no masticaban y tardaban dos semanas en hacer la digestión

 

Un equipo de investigadores ha encontrado unos fósiles descritos como "raros" dientes de dinosaurio saurópodo en la Formación Winter del Cretácico en Qusensland (Australia). Los investigadores describen el descubrimiento y el análisis en un comunicado publicado en Royal Society Open Science.

Los investigadores llevaron a cabo su análisis sobre los fósiles encontrados en una nueva excavación, una especie de montículo situado en un paisaje llano que los lugareños suelen utilizar para el pastoreo. En este yacimiento, los buscadores encontraron 17 restos fósiles de dientes de saurópodo. Analizando estos rastros, los investigadores llegaron a la conclusión de que los saurópodos no tenían dientes molares y probablemente no masticaban gran parte de los alimentos que se llevaban a la boca. Todos los dientes de su boca eran semicónicos y curvos.

Los dientes de los saurópodos analizados solo muestran un extremo puntiagudo y probablemente estaban ligeramente escalonados. Probablemente, también utilizaban la lengua y la fuerza de la mandíbula para picar las hojas una vez que se las llevaban a la boca, aunque no masticaban realmente antes de tragarlas. Lo más probable es que fueran los intestinos los que hicieran todo el trabajo, una digestión que tardó hasta dos semanas en completar el proceso, como explica Phys.org.

Los investigadores también encontraron pruebas de que los dientes tendían a desgastarse, probablemente por comer continuamente. También pudieron identificar las plantas que comían los ejemplares cuyos fósiles se encontraron en el yacimiento: plantas de flor, coníferas y gingko, quizás incluso cola de caballo.

Los saurópodos eran grandes dinosaurios que se alimentaban básicamente de plantas. Son conocidos por sus cuellos relativamente largos, pero también por su extensión: como han demostrado los hallazgos fósiles, recorrían el mundo.

Los saurópodos tenían cuerpos enormes (aunque sus cabezas eran muy pequeñas) con colas largas. El saurópodo más largo era el Supersaurus, que podía tener una longitud corporal de 33-34 metros. Algunas estimaciones sugieren que el barosaurio (Barosaurus) podría haber alcanzado una longitud de 45-48 metros.

El fósil de dinosaurio más largo jamás encontrado es el del Argentinosaurus huinculensis, que vivió durante el período Cretácico en la zona de la actual Argentina. El ejemplar en cuestión medía entre 35 y 36 metros de largo.

El animal terrestre más largo que aún vive es el elefante africano. Los ejemplares más grandes pueden superar los 7,3 metros de longitud.

Los dinosaurios más pesados eran el Argentinosaurus (un ejemplar adulto podía alcanzar las 80 toneladas), el Mamenchisaurus sinocanadorum (60-80 toneladas), el Barosaurus (60-80 toneladas) y el Puertasaurus (50-55 toneladas).

El saurópodo más pequeño jamás identificado fue el Ohmdenosaurus, que no superaba los 4 metros de longitud. Le siguieron el titanosaurio enano Magyarosaurus (de unos 6 metros) y el braquiosáurido enano Europasaurus, que no superaba los 6,2 metros en la edad adulta.

 

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