Un estudio revela que podría haber vida en la capa de hielo superficial de Europa, luna de Júpiter

 

Europa, la luna de Júpiter, es un mundo fascinante. Su superficie blanca parece estar rayada por cicatrices de color marrón rojizo que se entrecruzan y están grabadas en una capa de hielo de agua, extensa y de gran dureza, que cubre un vasto océano subterráneo que podría albergar formas de vida. Una investigación de la Universidad de Stanford sugiere que en la capa de hielo superficial de la luna Europa, podría haber unas formaciones de “doble cresta” similares a las de la isla de Groenlandia, debajo de las cuales habría bolsas de agua que podrían estar habitadas por algún tipo de seres vivos.

Un estudio de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) sobre los campos magnéticos de Júpiter y sus lunas, desveló que en Europa posiblemente existan columnas o penachos de vapor de agua que atraviesan la capa helada y salen disparados hacia el espacio, abriendo un acceso a su vasto y misterioso océano subterráneo. 

Hay pocos lugares en nuestro grupo planetario donde los científicos creen que se podría encontrar vida, y uno de esos lugares es la luna Europa, que forma parte del sistema de satélites naturales de Júpiter, el planeta más grande del sistema solar.

Europa está muy lejos de Sol: más de cinco veces la distancia que hay entre la Tierra y la estrella alrededor de la cual giramos.

Esta luna es un mundo fascinante. Se trata de un cuerpo cósmico con un tamaño un poco más pequeño que la Luna terrestre, pero sin embargo se cree que podría alojar más cantidad de agua que nuestro planeta, la Tierra, según informan las agencias espaciales occidentales: la ESA europea y la NASA.

El agua es un ingrediente clave para la vida. En Europa está congelada en su superficie, formando una capa tan dura como la roca, y se encuentra en estado líquido por debajo de esa corteza helada.

La superficie de Europa parece estar rayada y marcada con unas “cicatrices” de color marrón rojizo, que rastrillan la corteza formando un patrón entrecruzado y están grabadas sobre una capa de hielo de agua, que se cree que podría tener kilómetros de espesor y cubrir un vasto océano subterráneo, potencialmente habitable por criaturas adaptadas a ese ambiente extremo.

Las “cicatrices” rojizas de esta luna de color blanco azulado son al parecer, una serie de largas grietas en su superficie helada, que se cree que surgen cuando la fuerza gravitacional del gigante Júpiter “tira” de Europa, fracturándose el hielo, según la ESA.

Los científicos de las agencias espaciales occidentales están ansiosos por explorar debajo de la gruesa capa de hielo de Europa, una luna sobre la que se dispone de imágenes y datos científicos captados por la sonda Galilea, de la NASA, en la década de 1990.

Un mundo oceánico congelado

De hecho, estos organismos espaciales tienen previsto lanzar en la actual década de 2020 dos sondas que se aproximarán a Europa y permitirán investigar distintos aspectos de la luna helada mediante sus sensores e instrumentos científicos.

Se trata de la misión Juice de la Agencia Espacial Europa (ESA), que investigará a Júpiter y su sistema lunar, y la misión Europa Clipper, de la NASA estadounidense, que se centrará en estudiar exclusivamente el satélite joviano (Júpiter lleva el nombre del dios de la mitología romana, también llamado ‘Jove’).

Mientras se aproxima el momento de esas exploraciones directas, los científicos investigan Europa de manera indirecta, buscando y analizando las evidencias de actividad que emanan desde abajo de la corteza helada.

De este modo esperan desvelar las características de ese mundo oceánico parcialmente congelado, y averiguar si su parte líquida podría albergar condiciones compatibles con la vida.

En 2020 un estudio, dirigido por el investigador de la ESA Hans Huybrighs y basado en estudios de los campos magnéticos de la región espacial donde está Europa efectuados por la sonda Galileo, desveló que una perturbación detectada en la delgada y tenue atmósfera de Europa se debió posiblemente a una columna o penacho de vapor de agua que salió disparada hacia el espacio.

Si se confirma la existencia de estos penachos de vapor, atravesando la capa helada de la luna joviana, ofrecerían una posible forma de acceder y caracterizar el contenido del vasto, y por ahora inaccesible y misterioso océano subterráneo de Europa, para desvelar algunos de sus secretos, según la ESA.

Más recientemente en 2022 un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford ha propuesto una explicación sobre la formación de algunas de las características de Europa, que son un buen augurio para la búsqueda de vida extraterrestre en ese lejano y frío mundo.

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