La NASA está disparando rayos láser contra los bosques
El cambio climático avanza a pasos de gigante a
causa de la intervención de la mano humana. Esto se debe, en buena parte, a las
altísimas cantidades de CO2 que se liberan a la atmósfera. Por suerte, gracias
a los bosques contamos con medidas naturales para reducir la cantidad de este
gas en el aire. Pero cada año se pierden 10 millones de hectáreas de bosque por
culpa de la deforestación. También por la mano del hombre. Nos lo estamos
ganando a pulso, pero al menos intentamos buscar soluciones. Y una de ellas
pasa por vigilar los bosques desde el espacio, gracias a rayos láser montados a
bordo de la Estación Espacial Internacional.
Se trata del proyecto GEDI de la NASA. Su nombre
procede de las siglas en inglés de “Sistema Global de Investigación de Dinámica
de Ecosistemas”. Sin embargo, se pronuncia igual que “Jedi” y su lema es “que
los bosques te acompañen”. Vamos, que el proyecto está a la altura del mismísimo
lado luminoso de la Fuerza. Pero, bromas de Star Wars aparte, es cierto que
cumple una función muy necesaria.
Gracias a él no solo se puede seguir desde el
espacio la deforestación a tiempo real. También se puede ver cómo afecta a los
niveles de CO2 en la atmósfera. Además, los láseres de GEDI no están solos. Se
complementan con los datos satelitales obtenidos con otros proyectos del
Sistema de Monitoreo de los Ecosistemas (FERM), de la FAO.
Cabe preguntarse por qué es tan necesario vigilar
los bosques desde el espacio y qué tienen que ver estos con el cambio
climático. Por eso, no está de más recordar qué es el efecto invernadero.
Este es un fenómeno necesario para la Tierra.
Nuestro planeta tiene una temperatura que permite la habitabilidad gracias a
que parte de las radiaciones solares de la Tierra que se reflejan desde su
superficie son retenidas por una serie de gases que actúan como las paredes de
un invernadero. Si no fuera por ellos, la temperatura media terrestre sería de
-18 °C.
El problema es que, como con todo en la vida,
necesitamos que estos gases se encuentren en la atmósfera en su justa medida.
Si hay demasiados, ese calentamiento tan necesario comienza a volverse
excesivo, dando lugar al famoso calentamiento global que tanta relación tiene
con el cambio climático.
Los gases de efecto invernadero son varios, pero el
dióxido de carbono (CO2) es uno de los más importantes. En el pasado se
encontraba en la atmósfera en una cantidad adecuada. No obstante, el tráfico,
la industria y otras muchas actividades humanas han llevado sus niveles muy por
encima de lo deseado. Tanto, que los árboles ya no dan abasto.
Y es que, aunque no lo parezca, los bosques tienen
un papel esencial en este equilibrio que mantuvimos hasta que todo se desmadró.
Esto se debe a que las plantas necesitan CO2 para realizar la fotosíntesis. Los
árboles, con su gran tamaño, usan cantidades muy altas de este gas, por lo que
lo absorben de la atmósfera de una forma muy eficiente. O lo absorbían, ya que
por culpa de la deforestación cada vez hay menos de estos captadores de dióxido
de carbono. Si a eso le sumamos que las emisiones siguen aumentando, veremos
que la situación es muy preocupante.
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